LO QUE EN REALIDAD PASÓ

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Yuu no lo pensó dos veces y cargó a Kouyou por la cintura una vez que los dos se quitaron con desesperación la ropa. Sus piernas volvieron alrededor de su cintura, a pesar de que el castaño no era muy pesado, tampoco era como si pudiera aguantarlo durante mucho tiempo, optó por ayudarse con la pared, azotando al escritor mas fuerte de lo que hubiera querido, pero al otro no pareció importarle.

Se separaron unos instantes para respirar, momento en el que el mayor iba a pronunciar algo pero fue silenciado por el dedo del castaño sobre sus labios.

—Me gustaría que no dijéramos nada hoy, solo esta noche —dijo en un suspiro, sus labios rojos producto de los besos.

—Solo esta noche —se volvieron a besar.

La posición era algo incomoda, pues pensaba que en cualquier momento sus brazos cederían y dejaría caer a Kouyou, sin embargo era lo bastante necio como para querer permanecer así un poco mas. Estaba desesperado, pues gracias a como se encontraban sus miembros rozaban deliciosamente cada vez que hacía un esfuerzo para no tirar al castaño.

Kouyou por su parte trataba de sostenerse de algo para ayudar al pelinegro pero era imposible, sólo había logrado poner las manos sobre la pared y tratar de hacer fuerza, algo que se volvió imposible a medida que el miembro de Yuu entraba en él.

Tuvo que morder el hombro del pelinegro para no gemir, todo comenzó a darle vueltas, era impresionante lo que Yuu podía hacerle a su cuerpo, no había duda que era el único que lo hacía sentir de maneras completamente desconocidas y no por eso malas.

—Tal vez no habrá palabras pero no te reprimas, creo que ya no puedo estar en paz si no te escucho gemir —le dijo al oído mientras lo levantaba una vez mas y lo dejaba caer sobre su miembro.

Soltó un gemido al obtener el permiso para hacerlo, su posición había cambiado, ya no trataba de sostenerse de la pared, ahora tenía el cuello de Yuu rodeado con sus brazos—. No vas a aguantar mucho así —logró decir entre jadeos, los dos sudaban mucho mas que otras veces y por alguna razón eso se sentía como un contacto más intimo.

—¿Tienes algo en mente? —le dijo mordiendo el lóbulo de su oído.

Kouyou atinó a empujarlo, haciendo un esfuerzo monumental por sacar a Yuu de él. Recargándose en la pared para retomar el aliento. El pelinegro lo miró expectante, mientras él sonreía descaradamente.

—Recuéstate —le dijo con una voz mas sensual de lo que hubiera querido.

El otro le hizo caso por primera vez en su relación. De inmediato se colocó sobre el pelinegro colocando la punta de su miembro sobre su entrada. Sin embargo sin poder esperar mas, Yuu lo empujó por los hombros para entrar de lleno bruscamente.

El castaño tuvo que sujetarse del pecho de Yuu estaba sintiendo demasiadas cosas a la vez, sin embargo, no tuvo mucho tiempo para recuperarse pues de inmediato el mayor ya estaba moviendo su cadera hacia arriba para provocar embestidas que a pesar de la posición no eran nada sutiles.

—Me encanta la expresión de tu rostro —alcanzó a pronunciar el pelinegro al notar que el escritor retaba con fuerza su labio para no emitir ningún grito de placer.

Sentía un fuerte dolor en la espalda debido a las embestidas tan fuertes que propinaba al entrar en Kouyou y azotar en seguida contra el piso, pero el dolor permanecía en segundo plano, no había duda que se encontraba en algún cerca de cielo, porque por muchas veces que lo hubieran hecho, esta era la primera vez que sentía tan bien. Sabía que cada que lo hacían decía lo mismo, pero era distinto. Sentía la necesidad de mantener la expresión del castaño grabada en su memoria para siempre.

DeliriumWhere stories live. Discover now