DOS // Taza De Té.

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Esa mañana el sol entró desde bien temprano por su ventana, golpeando directamente en su rostro, el castaño se despertó aturdido, revisó su teléfono y casi se muere cuando vio que apenas eran las seis de la mañana

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Esa mañana el sol entró desde bien temprano por su ventana, golpeando directamente en su rostro, el castaño se despertó aturdido, revisó su teléfono y casi se muere cuando vio que apenas eran las seis de la mañana.

-¡Joder! -Exclamó frustrado- apenas son las seis y media, ¿cómo es posible que el sol sea tan inclemente desde temprano? -Se levantó finalmente de la cama, caminó hacia el cuarto de baño, lozas blancas combinadas con un azul zafiro adornaban todo el lugar- ¡Ah! Qué frustrante es despertarse y ya no poder seguir durmiendo.

Aunque tampoco intento seguir durmiendo, el castaño sabía muy bien que perdería su tiempo si lo hacía, porque el técnico no había cambiado el gas del aire acondicionado y mucho menos hacerle el mantenimiento al sistema eléctrico en la casa.

Horas más tarde, Tae estaba caminando nuevamente a través de los pasillos de una tienda departamental, buscando pintura, brochas y otras herramientas para cambiar el color interno de la casa, porque del externo se habían encargado hacía unos días, y dentro, aunque todo se había pintado de blanco, él estaba claramente aburrido de lo monótono que podría llegar a ser unas paredes blancas.

Una carta, luego otra y otra, incluso tomó el muestrario extenso de colores para asegurarse de hacer la combinación perfecta, luego, su teléfono celular sonó.

-¿Sí... buenas? -Preguntó una vez contestó la llamada.

Y luego de una conversación rápida, Tae abandonó la selección de colores porque necesitaba apresurarse en recibir la obra del otro arquitecto encargado de la remodelación del local que se convertiría en su tienda de café.

Emocionado, tomó su organizador victorinox y lo guardó en su chaqueta sin mangas y, cuando iba doblando en el pasillo, vio el color perfecto para la sala de su hogar y aunque de prisa, tomó una foto y abandonó el sitio.

Media hora más tarde, Tae se estacionaba frente a lo que sería próximamente uno de los cafés más transitados de Seúl, orgulloso de sí mismo y su esfuerzo, ingresó en el café, encontrando las paredes cubiertas de tonos pasteles, paneles de diferentes tamaños, entre otras cosas. Luego, el castaño se detuvo para observar cómo había quedado el trabajo final del suelo.

Un hombre alto, de cabello oscuro y corto limpidamente, caminó con paso fuerte pero seguro, ese aspecto rudo que le otorgaba el overol y el casco naranja, era fácilmente amortiguado por la sonrisa dulce y sincera que adornaba su rostro.

Jung Mo, el arquitecto a cargo, casi corrió al encuentro del dueño del local, estaba muy alegre de que finalmente pudiera entregar el trabajo y conocer personalmente al que pagaría, porque había estado hablando con un abogado y el asistente del señor Kim. Por lo que ahora, podía sentirse relajado, y esperaba que el castaño no fuera muy exigente y estuviera conforme con el trabajo realizado.

-Un placer señor Kim, soy Kim Jung Mo, el arquitecto encargado de la obra.

-El placer es mío, Kim Tae Hyung -el castaño estaba asombrado, la combinación de lámparas, luces, colores, paneles entre otras cosas, encajaban a la perfección- de verdad es un excelente trabajo. ¿La combinación de colores fue idea suya? -preguntó el más bajo de los dos hombres.

Segunda Oportunidad BSEPH (KARD)Where stories live. Discover now