Esqueleto de Hormigon

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Radka trató en balde de tirar de Irene para que se fueran, no quería seguir tentando a la suerte, pero Irene se mantuvo inmóvil.

─ ¿Qué eres?

Aidan levantó una ceja con cierto interés.

─ ¿Qué crees que soy?

Irene le miró con molestia, no le gustaba que le respondiera con otra pregunta.

─ No eres humano.

─ Así es.

Ambas se sorprendieron, Irene por su despreocupada confesión y Radka por tal afirmación, ella había evitado por todos los medios mirarle a la cara pero ahora le vio.

─ ¡Esos ojos no son humanos!

─ ¿Qué pretendes dejándonos escapar?

"Uno esperaría que dejaros libres no implicaría tanta cháchara"

─ Yo no hago rehenes, vosotras no me interesáis
─ Si no te interesamos, entonces ¿Por qué nos secuestraste?

─ Eso es cosa del cabronazo de Blauwel, no hacía falta involucraros, solo me interesa vuestra amiga.

─ ¡¿Qué pretendes hacerle a Tania?!

Irene había evitado deliberadamente decir el nombre de Tania por precaución, pero el ímpetu de Radka es incontrolable.

─ ¿La chica? Quiero saber si es verdad. Debéis marcharos ya, no os seguiré, pero si vuestra amiga no aparece entonces todos tendréis problemas conmigo.

Aidan estaba deseoso de ver con sus propios ojos a otro dragón, otro a parte de Nil y a parte de él mismo.

Irene se dio cuenta en el instante que vio esos ojos ámbar, aquel hombre era muy peligroso.

─ Nos vamos ─ Tomó a Radka de la mano y se alejaron de ese lugar.

***

Tania corría a toda velocidad por un descampado hasta que se topó de frente con sus amigas. La agitación que sentía producto de la preocupación, se tornó en sorpresa.

─ ¿Estáis bien? ¿Os habéis escapado?

─ Nos ha dejado marchar

─ ¿Quién? ─ Tania agarró a Radka de los hombros

─ Un hombre con el pelo rojo, Aidan, se llamaba Aidan, trabajaba para un tal Blauwel creo.

"¿Blauwel? No paro de oír ese nombre por todas partes".

─ Vámonos ya ─ Irene se interpuso entre ambas, echando una mirada de "Cierra la boca Radka" que no pasó desapercibida para Tania.

Irene trató de tirar de Tania, pero ésta apartó el brazo de repente.

─ ¿Qué me ocultáis? ¿Qué está pasando?

Tania se centró en Radka, sabiendo que era incapaz de guardar un secreto.

Sus ojos se volvieron más rojos, más afilados, hasta el punto en que Radka se sintió cohibida y tartamudeó por el miedo, Tania al darse cuenta suavizó su expresión, no quería provocar miedo en sus amigas.

Irene ya lo sabía y fue ella la que hablo:

─ Ese hombre te quería a ti, nos dejó marchar porque nosotras no éramos de su interés ¡No vayas! ─ La usual cara tranquila de Irene se torno por primera vez en pánico.

A pesar de ello Tania se mantuvo serena.

─ ¿Qué pasará si no voy?

─ Huyamos, marchémonos juntas

Alma DragonWhere stories live. Discover now