Tinta del destino (Terminada)

Temp 2. Parte 76: Destello de relámpago

6 de 10 Para el fin.

POV POCHÉ

-Esta vez tu pesadilla se convertirá en realidad.

-Esta vez tu pesadilla se convertirá en realidad.

-Esta vez tu pesadilla se convertirá en realidad.

Su voz se repetía una y otra en mi mente recreando un pánico que invadía todo mi cuerpo, en la oscuridad de mi habitación sentía que cada noche su presencia llenaba el espacio de mi dormitorio y en las pocas veces que lograba abrir mis ojos veía su rostro junto a una sonrisa macabra, pero eso no era posible, él estaba en la cárcel y Vanessa nos había confirmado que su traslado fue exitoso.

Escuche pasos en el pasillo y oprimí mis ojos aún más cuando la puerta de mi habitación empezó a ceder, el silencio agudizo mi sentido auditivo y escuche perfectamente como su respiración se agitaba al estar cada vez más cerca de mí.

Sentí el olor de su perfume e inmediatamente mi corazón acelero sus latidos, el colchón se hundió ante su peso y un suspiro lleno el silencio.

-¿Eres tú? – Susurré al sentir sus caricias en mi brazo – ¿no es un sueño?

-Abre los ojos y descúbrelo mi amor.

Mis parpados empezaron a ceder para liberar mi vista con sutileza y su sonrisa incremento, observo mi rostro con detenimiento por varios segundos y su expresión poco a poco empezó a llenarse de tristeza decayendo ante mí.

-¿Porque estás descubierta? – Tomo la colcha y cubrió mis piernas hasta llevarla a mi torso – hace frío.

-¿Estás enojada? – Ignore su pregunta porque no tenía una respuesta y negó con su cabeza mi cuestionamiento – entonces porque siento que lo estás.

Llevo su mano a mi frente y su expresión termino por agobiarse completamente.

-Tienes fiebre, ¿cuál es la puerta de nuestro baño?

Gire mi rostro y con la mirada le indique la puerta correcta, se levantó sin decirme nada y se perdió por varios minutos en el baño donde escuche el agua correr, recogí mis piernas y las abrace contra mi pecho para intentar entrar en calor, en verdad hacía mucho frío y ese pequeño movimiento me dejo completamente agotada a tal punto de que el aire me falto y tuve que levantar mi rostro para buscar desesperada oxígeno que llenara mis pulmones.

Abrí los ojos cuando sentí el leve movimiento del colchón y el rostro de Daniela denotaba preocupación extrema, me tomo por los brazos y me ayudo a sentarme.

-Respira conmigo mi amor – su mano busco la mía para llevarla a su pecho – sigue mi ritmo, lo haremos juntas.

Asentí sintiendo como su pecho subía y bajaba con tranquilidad, cerré los ojos y me perdí en el ritmo de su respiración por varios segundos, abrí mis ojos cuando escuche un sollozo y observe a Daniela llorar, respiro profundo y se acercó a mí hasta fundirse en mis brazos.

-No llores mi amor – susurré en su cuello – yo estoy bien.

Su llanto incremento cuando mis palabras llenaron la habitación, su pecho empezó a contraerse y entendí que necesitaba llorar, necesitaba expresar su preocupación y desahogarse, así que guarde silencio entre sus brazos, mientras mis manos subían y bajan lentamente por su espalda.

-No quiero perderte, no quiero y no puedo – respiro profundo y se separó de mí – ven... necesito bajarte la fiebre.

La observe a los ojos convenciéndome en que si ella no quería y no podía perderme, yo tampoco quería ni podía abandonarla aquí.