Solo un pasillo

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Estoy en la casa de unos amigos, todos los viernes nos juntamos a comer y a beber hasta el cansancio. Organizamos por WhatsApp y vemos que vamos a comer. Hoy me tocaba llevar las bebidas, somos cuatro personas así que con dos packs de cervezas alcanza y sobra; compré heynouken. Ahora mismo está veinte dólares el pack de seis y son las más baratas del mercado. El mercado de acá a la vuelta siempre tiene ofertas y todas son muy buenas, por lo que aproveché para comprar unos cuantos aperitivos para comer al mismo tiempo que bebíamos; eso hacemos después de comer. Comer snacks mientras bebemos lo que nos sobró de la cena mientras hablamos de música o de alguna cosa que pueda parecer graciosa en internet.
Llegué a su casa y toqué el timbre. Agustina abrió la puerta y pasamos por el pasillo, llegamos al living. Saludé a Adrián y a mi novia Abigail, que había llegado antes porque yo trabajaba hasta tarde. Como de costumbre, prendimos el horno y comencé a cocinar las pizzas. Yo quería algo nuevo debido a que siempre comíamos la pizza de siempre; un poco de jugo de tomate y queso a reventar, había comprado cantimpalo, que es similar al salami pero un poco más fuerte en cuanto al sabor; aunque sea, así lo percibía yo. Adrián estaba preparando una salsa especial, le echaba especias; cosas raras de las cuales yo no tenía conocimiento, pero las había preparado para ayudarme en mi idea de cambiar un poco la pizza.

Mientras se cocinaba me senté con los chicos en la mesa y comencé a escuchar lo que hablaban, al parecer había una banda nueva en la ciudad que estaba siendo furor en los bares. A mí me encanta hablar de esos temas, cuando alguien puede hacer música por su cuenta y expresarse con melodías me dedico a buscar toda la información posible. A mi punto de vista es muy importante cuando alguien se arriesga a hacer canciones propias. – Voy a ver cómo va la pizza, después me dicen si encuentran una canción de esa banda en Youtube.- Dije, y me dirigí a la cocina. La pizza se había tostado un poco y la salsa estaba en su punto, era hora de echarle el queso, comencé a buscarlo. Abrí la heladera y el queso no estaba, así que voy al living a preguntarle a Adrián por el queso.

"--Uhh tenés razón me olvidé de comprar el queso, ahora mismo voy a comprarlo." Dijo sintiéndose un tonto por olvidarse. pero que podía hacer, apenas si podía caminar con el accidente que tuvo.

--Dejá, voy yo... No vale la pena que te levantes con las muletas para ir a buscar un pedazo de queso a una cuadra, voy yo que es más rápido. Vení Agus, abrime.- Agustina me acompañó a la puerta y me dejó la llave para que entre sin tener que tocar la puerta a los tres segundos de que me vaya.
Así que salí y caminé hacia el almacén de la esquina, siempre estaba abierto ese almacén, nunca cerraba. Agarré el queso, lo llevé al mostrador y me lo llevé. Agarré las llaves, las puse en la puerta y la abrí sin ningún problema, después cierro la puerta con llave y me doy vuelta para caminar hacia donde estaban los chicos. Tenía que pasar el pasillo, habían apagado la luz. El fondo estaba un poco oscuro, la mesa de luz estaba en el mismo lugar y no había mucha cosa que cambie además de la luz apagada. Nunca me había puesto a pensar lo profundo que era ese pasillo, hasta ahora nunca le había prestado atención. --Hay algo raro en ese pasillo, pensé, creo que es más largo que antes, como si algo estuviese esperándome allí atrás. Estaba empezando a temblar, mis manos sudaban y no podía dejar de pensar que ahí había algo, que ahí había algo esperándome al final de ese pasillo. ¿Y si la razón por la cual esa luz está apagada es que entró un ladrón? ¿Y si me está esperando detrás de ese oscuro pasillo? Yo no puedo pasar por ese pasillo, no puedo. Debería pasar, es imposible que haya entrado un ladrón si yo me lleve la llave, estaba cerrado cuando yo entré... Estaba cerrado.
Comencé a sentirme ahogado y a toser un poco, pero eso no me importaba, yo seguía mirando al pasillo.
Tranquilo... tranquilo, no me va a pasar nada, no me va a pasar nada; pensaba eso repetidamente para tranquilizarme. Incluso, no parecía real. ¿Realmente me metí a la casa de Agustina? Ya hasta parece otra casa... A ver, si, es la casa de Agustina, pero no parece la misma, no se explicar lo que estoy sintiendo en este momento pero parece como si no fuese real. Cada vez me siento más ahogado, y cada vez sudo más. Los latidos de mi corazón están yendo muy rápido, se incrementan. Se escuchan unos ruidos que van detrás del pasillo, mis palpitaciones suben más, siento un pequeño dolor en el pecho y comienzo a marearme de una forma bastante exagerada. ¿Qué hay detrás del pasillo? ¿Ya se decidió a venir a por mí? La luz de la ventana iluminaba un poco el oscuro suelo, la sombra de algo se asomaba, yo lo miraba aterrorizado, estaba muy exaltado y quería que todo termine. Desde el borde de la pared sale una sombra negra, una figura, un ser totalmente oscuro que se me queda mirando. Se acerca y durante unos segundos nos quedamos mirando; yo estaba aterrado, no sabía qué hacer. Lentamente se acerca hasta la altura de la mesa y posa su mano en la pared. No hacía nada, se quedó mirándome, en silencio, durante unos segundos. Luego sonó un chasquido. Se prendió la luz. Era Agustina, que me miraba con una cara extrañada.

- Ah, ya llegaste... ¿Todo bien?-

- Eh... Sí.-

- ¿Trajiste el queso?

- El queso, acá está el queso.

- ¿Estás seguro de que estás bien?

- Muy seguro, ¿Por qué preguntas?

- Bueno... Te estaba hablando y no me respondías...

- Perdón, estaba pensando algo... Pero tranquila, no pasa nada.

- ...

- ¿Qué le paso a la luz?

- La apagué cuando te fuiste... Vení, vamos con los chicos.

Solo un pasilloWhere stories live. Discover now