Diablo En Línea II © [S.S.]

Capítulo Final

Diablo: Hola chicos, espero que estén preparados para su último reto, la eliminatoria, el gran final

Justin: Deja tu discurso y tu parloteo, di el reto de una buena vez

Diablo: Solo saboreo el momento, siéntanlo ustedes también

Mónica: Siento repudio

Diablo: Impacientes

Diablo: Pero en fin su último reto

Diablo: Deberán buscar a una persona, su nombre es Ana Soto, en cuanto la encuentren deberán llevarla a un lugar cuya ubicación les mencionaré luego, por los momentos deberán encontrarla, la persona que lo haga primero y me la traiga podrá ver mi rostro además de que podrá reclamar su premio, el perdedor verá como es el infierno

Diablo: Mucha suerte 🍀😈

Debo colocarle un alto a esto, no puedo permitir que más personas sigan sufriendo a manos de este psicópata de "diablo" ahora la vida de una chica inocente está es riesgo, traté de razonar con Justin, sin embargo, ya está corrompido, de veras desea ganar a cualquier costa, si no escucha palabras veamos si siente balas.

Tomé el arma de mi difunto padre, era oficial de policía hasta que trató de detener un robo y una bala perdida cayó en pecho, desangró rápidamente.

Te aseguró Rachelle que cuando todo esto acabe estaremos juntas sin importar lo que hablen los demás.

Fui directa a la dirección de la tal Ana que diablo me envió, una casa sencilla en un lindo vecindario. No veo porque razón una chica que vive así debería morir.

No pierdo mi tiempo y toco la puerta, un hombre robusto, con entradas notables en su cabello y de altura destacable abre la puerta.

—Hola ¿Puedo ayudarte?

—Si ¿Se encuentra Ana?

Si se encuentra, pero por los momentos no tiene autorización para salir o socializar.

—Muchas gracias —doy media vuelta para retirarme.

—Debo decir que me sorprende que Ana ya esté teniendo amigos rápidamente, hace un rato un chico vino a buscarla —mi corazón se detuvo por completo, Justin debió llegar antes que yo.

—Lo siento señor, sin embargo, debo ver a su hija urgentemente —expresé tratando de entrar a la casa.

—Ya mencioné que no —la simpatía que emanaba su rostro se esfumó en un segundo.

—No quería hacer esto —saco mi arma y sin cuestionar lo que hago disparo a su hombro para herirlo sin intención de matarlo. Emana un fuerte grito. —Detenga el sangrado con un trapo.

Corrí deprisa a la habitación de Ana y ahí estaban ellos, Ana y Justin juntos, apuntaba a Justin, pero no quería fallar y hacerle daño a ella. Sin embargo, él fue más rápido que yo.

Luego de un par de horas de viaje y de tomar cuatro taxis Justin y Ana llegaron a una bodega abandonada cuya ubicación es desconocida por muchos.

—¿Qué hacemos aquí Justin? —pregunta entrando al oscuro lugar.