El joven en la mazmorra.

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El sudor frío recorrió su piel canela, delatando cada uno de sus nervios expuesto. Sabiendo que quizás había cometido un error.

La ausencia de Theo entre su batallón se hizo notable. Echo que había obviado hasta ese entonces, ignorante de todos los cabos sueltos que se habían escapado. Ahora Salvatore amenazaba con una verdad tangible. Una verdad tan destructiva que terminaría acabando con la poca cordura que poseía el rey.

Quien claramente estaba siendo irracional y es que el no entendería que cada acción suya era por el. El definitivamente no lo entendería y terminaría por condenarlo como culpable.

Rápidamente el llegó a sus soldados, tenía que salir de allí.


Cada paso se sintió vacilante, como si la tierra bajo sus pies se moviera. Inestables de alguna forma, mientras bajaba a las salas mas apartadas de aquel enorme castillo.

Salvatore frente a el lideraba el camino, notandose seguro con cada descenso. Fue entonces que Stiles tocó por reflejó su espada, buscando sentir seguridad ante los dos guardias Salvatore que los acompañaba. Presencias amenazantes en aquel apartado entorno.

Cada centímetro recorrido lo llenaba de una desconfianza mas agria, hasta que llegaron a los pies de una gran puerta. Esta sala era un calabozo, un calabozo jamás usado por su difunto padre, que igualmente pertenecía al lugar.

Más guardias Salvatore se encontraban allí, al pie de la puerta, custodiando como fieros dragones. Pero se apartaron mansos y educados ante el, abriendo la puerta para su majestad.

Dentro habían cuatro mas, rodeando a un joven esposado por gruesos grilletes, cuyas cadenas se aferraban a los muros firmes del oscuro lugar. Stiles jamas había visto a ese chico en su vida, pero la mirada fiera que le dio le hizo entender que no era un inocente.

—¿Es el? — pregunto con fuerza.

— por supuesto — afirmó Damon.

—¿Como os sabéis?, ¿Acaso os a confesado?.— de pronto habia ira en su voz.

— no. Pero le he visto — juró sin dudas. — cuando fui en busca de su corona majestad, no había nadie más allí, mas que este chico, quien se dirigía a la torre.

Fue todo lo que el rey necesito.

—¿Por que lo hiciste? — quiso saber.

El silencio fue brutal. No habiendo contestación.

— tu rey a hablado. — demando Salvatore a su lado.

— ese Omega no es mi rey — soltó el chico con repudio.

Un guardia estuvo apunto de moverse, pero incluso antes de pensarlo Stiles lo detuvo en un ademán con la mano. Ya rabioso como un perro, aun cuando tenía un temple calmado como el de un río.

—¿No lo soy verdad? — murmuró calmó, mientras se deshacía de su chaleco. — dígame, ¿Usted convirtió a mi hijo en aquel objeto calcinado de carne y huesos? — pregunto acechando al Beta.

Este volvió a guardar silencio. Pero Stiles lo supo, claro que lo supo, por que algo en su mirada le confesó la enfermiza verdad. Sintiéndose poseído acarició el joven rostro, poniéndose a su altura, antes de deslizar sus largos dedos por el cabello desordenado. Y casi como si le contase un íntimo secreto el le susurró.

— ahora, aquí en mi reino. Yo soy vuestro rey. Y mas os vale confesar la verdad, por que no soy un rey piadoso.

El aire se volvió tensó y algo incrédulo el beta observó al Rey alfa, quien disfrutando de aquello realizó un silencioso ademán. Haciendo que la puerta se cerrará.

Ahora todos estaban encerrados con una bestia fiera.

Theo había acabado colgando de los techos, con el torso desnudo y claras señales de maltrato, incluso había sangre y hematomas que empezaban a crearse. El chico respiraba de forma pesada, sudando todo el dolor que se le había provocado. Pero fiel había guardado silencio como los mejores, rezando por que su rey viniese a liberarlo. Aun así, tal esperanza se le hacía mas lejana.

Gritó entré dientes desganado, sintiendo el ardor provocado en el.

— pero mirá, que cosa. Tal parece que el calor no le es agradable.

— pero quien lo diría — respondió Salvatore. —¿Habrá sido agradable para su hijo majestad?.

Stiles sonrió enojado, ya cansado de torturar al terco hombre. Pero la rabia en el solo crecía, el solo quería saber por que de aquel destino.

—¿No váis a hablar verdad?, Aun que yo os destrocé cada hueso de su cuerpo, vos no hablarais.

Theo miró entre su vista nublada al Omega, ya cansado del abuso.

— por favor mi rey, piedad. — pidió en vos baja.

—¿Tuviste piedad a con mi hijo?, ¿Cuando dejasteis que la llamas se lo tragasen? — refutó en tono enojado.

Theo gimoteó, ahora entre lágrimas llorando. — yo solo obedecía órdenes, mi rey — rogó nuevamente.

—¿De quién?, ¿Quien os a pedido esto? — rugió, haciendo que el chico temblase entre mas lágrimas. Stiles entonces se suavizó. Volviéndolo a tomar del rostro para callarle con fingido cariño — shhhh. Mi niño, quiero solo tu verdad, solo quiero la verdad — aseguró, dejando que sus feromonas se liberarán.

Los guardias se tensaron y Salvatore vibró internamente excitado, aun que honestamente ya habia pensado que cuan caliente se veía el rey, con el sudor en su clara piel, su cabello despeinado y sus ropas desacomodadas por la actividad antes infringida. Fiero y peligroso, endemoniado y sádico.

El Beta apenas fue influido por su olor, pero la calma le llegó como una muestra de piedad, entonces el lloró un poco mas. A solo segundos de traicionar a su rey.

— Hale. Señor, el rey Hale me lo ordeno — confesó sollozante, destruido toda su fuerza de voluntad.

Stiles quedó en silencio, sorprendido e impresionado por la confesión. Ahora sintiéndose tonto y herido. Distraídamente y con los brazos temblandole el rodeó al chico quien aun lloraba.

Este lloriqueo mas fuerte en el hombro del rey, hasta que Stilinski le rompió el cuello. El silencio fue mas abrumador que las lágrimas antes soltadas.

Stiles lo soltó finalmente y el cuerpo colgó muerto ante la vista de todos. Entonces el omega miró a Salvatore.

— poneos en marcha, quiero arrancar la cabeza de aquel hijo de perra.

Las intenciones del Rey. [Finalizada].Where stories live. Discover now