La muerte de Issei

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En un día tan normal dentro del espacio de la academia Kuoh, ubicándonos específicamente en la entrada, observamos la figura de un joven de pelo corto castaño con varios flequillos que cubren parcialmente sus cejas y dos extensiones de cabello que cuelgan paralelamente de su nuca, destacando de igual manera sus ojos marrones.

Esto no sería nada fuera de lo común, después de todo en una academia siempre se encontrarán jóvenes. Sin embargo, en este caso había una particularidad, siendo esta la actividad que se encontraba realizando este peculiar joven. La cual solo le conseguía miradas de desprecio por parte del resto de alumnos, que siguiendo la rutina del día a día se encontraban ingresando a las instalaciones de la academia, tratando de evitar todo contacto posible con aquel joven.

Ahora si se preguntaron que realizaba para generar tanto desprecio, pues, para resumir, nuestro joven se encontraba llorando arrodillado en el centro de la entrada mientras decía sin escrúpulos "¡por fin! voy a poder observar los pechos de las chicas, como lo haría cualquier adolescente saludable"

Aun si esta acción era desagradable ante los ojos de los demás estudiantes, nuestro joven tenía dos motivos por los que reaccionaba de esta manera tan patética frente a una escuela.

El primer motivo por extraño que parezca era que extrañaba la vida como estudiante o la de un ser humano, pues hace cinco meses que no tocaba el suelo escolar o el de cualquier sitio civilizado. Tanto fue así, que, dentro de la población estudiantil de la academia, en donde se ignoraba el motivo por el que desapareció, su reputación se desplomo a niveles nunca antes vistos, bueno si eso todavía fuese posible. Por su parte el, quien conocía dicha respuesta, prefería dejar en el olvido el recuerdo de aquel infierno que vivió durante aquellos cinco meses.

Si bien el primer motivo podía ser razonable, el segundo claramente se podía tachar de inmoral, pues al igual que hace cinco meses cuando todavía cursaba el primer año de la academia, su sueño, siendo el de obtener un harem dentro de esta academia cuya población femenina era bastante predominante, todavía no moría.

Sueño que podría ser cumplido de no ser por contar con una reputación terrible dentro del cuerpo femenino de la academia, siendo parte del trío pervertido de la Academia Kuoh. Apodo ganado por las múltiples ocasiones en donde fue atrapado por estar observando a las chicas cuando se encontraban dentro de los vestidores.

Pero bueno si el sueño del protagonista fuese tan sencillo de cumplir entonces no sería tan divertido, así pese a que las chicas llevaban un tiempo sin verle aún preferían mantener su distancia al mirar su rostro lleno de lujuria.

Claramente se encontraba imaginando, la fantástica escena en donde uno se encontraba rodeado de hermosas mujeres con grandes pechos mientras le servían de comer, siendo interrumpido cuando de repente sintió un dolor en el trasero acompañado posteriormente de un fuerte dolor en el rostro ocasionado por el hecho de ser estampado contra el suelo.

"¡Maldito!, te fuiste sin decir ni una sola palabra, para luego aparecer un día de la nada" le reprimió un muchacho de cabeza afeitada con su pie derecho elevado, mostrando evidentemente que este le había soltado la patada en el trasero.

"¡Exacto!, por un momento pensamos que quizás querías escapar de tu oscuro pasado. Negando así, la existencia de tu personalidad pervertida, dándote después el placer de comenzar todo nuevamente al estudiar en otra academia" replicó otro muchacho mientras se ajustaba sus gafas.

El castaño se levantó apresurado al oír las dos voces tan familiares "¡Matsuda, Motahama!" exclamó claramente contento, para que luego apareciera un brillo en sus ojos acercándose lentamente para susurrar "han logrado conseguir nuevo material, en lo que yo me encontraba ausente"

Naruto SenseiWhere stories live. Discover now