🌒Luna Creciente

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♦ ° IV ° ♦

Narradora

-Ha..Haganezuka-san?- hablo la chica con sorpresa al ver como el hombre cayo boca abajo sobre el tatami de su habitación.

La forma de como él mayor de mascara había llegado a estar en esa situación, fue realmente graciosa.

Pero no tanto para él.

El pobre Hotaru había sido llevado, arrastrado por Kanamori, hasta la habitación de la chica mientras este pataleaba, se quejaba y maldecía a su amigo.

-Se encuentra bien, Haganezuka-san?- volvió a preguntar Tetsuko.

-Tch! Estoy bien... Maldición- murmuro lo ultimo con cierto tono de molestia.

-Ya veo...- ambos permanecieron sentados en el tatami, en completo silencio, hasta que la chica hablo- entonces... Que se le ofrece, Haganezuka-san?

-Tu nichirin- murmuro- quiero ver si la estas cuidando como se debe.

-Ah... De acuerdo.

La chica busco su espada para luego volver a sentarse frente al hombre de mascara, quien la desenvainó enseguida.

-Hm... Al menos veo que cuidas bien mi creación- murmuro entre dientes.

-Como dice?

-Que son todos esos trapos- señalo con la mirada a través de la mascara.

-Ah! Eso... Son vendas usadas, resulte un poco herida en mi ultima misión- rio un poco apenada- pero solo son heridas superficiales, no tiene de que preocuparse.

-Tu nichirin necesita ser afilada- cambio el tema repentinamente- en cuanto lleguemos lo haré o la vas a astillar.

-Seria una pena si su preciada arma sufriera ese destino tan cruel- sonrió la chica.

Pues si, la señorita Tetsuko también podía ser algo maliciosa.

-Por supuesto que si! Te mataría si le pasara algo así, idiota!- gruño el hombre entre gritos.

La chica solo sonrió, hasta que se fijo bien en el hombre frente a ella.

-No sabia que tuviera el cabello tan largo, Haganezuka-san!- hablo con emoción- es tan lindo y sedoso! Puedo tocarlo?

-Ni loco, niña tonta!- dejo la espada a un lado y salio de la habitación, azotando la puerta.

A la vuelta de la esquina, era esperado por su buen amigo, Kozo Kanamori.

-Y bien...?- le pregunto a su amigo, pero este solo respondió con un gruñido- así de mal? Haganezuka-san debería de ser mas sincero con lo que quiere. Ella dijo que su cabello era lindo, tal vez si se quita la mascara frente a ella...

-CALLATE YA O TE MATARE!- grito, asustando a Kanamori.

-Lo siento, no se altere Haganezuka-san.

-Tch... Dormire- fue lo que dijo para luego marchar a su habitación.

Su amigo suspiro.

-Al menos hablaron un poco mas, eso ya es un avance- murmuro, para luego seguirlo.

A la mañana siguiente

El trio de amigos ya se encontraba de camino a su amada aldea.

Todos estaban ansiosos por llegar.

Kanamori deseaba llegar con su esposa, En.

Tetsuko deseaba ver como se encontraba su familia, después de varias semanas sin verlos.

Y Haganezuka... Bueno... Él solo quería llegar y encerrarse en su taller.

En cuanto llegaron a la villa, Kanamori se despidió y se dirigió a casa.

Tetsuko y Hotaru quedaron solos.

-Bueno... Gracias por permiterme regresar con ustedes- hizo una pequeña reverencia- hasta luego, Haganezuka-san.

Ella tomo el camino a la tienda de su familia, pero se detuvo al escuchar pasos detrás de suya.

-Pasa algo, Haganezuka-san?- pregunto la chica extrañada, pues su casa era del lado contrario a la de él.

-Fue una tortura tener que venir contigo hasta la aldea- explico con los brazos cruzados- exijo dangos a cambio.

-Y..Ya veo, esta bien- le sonrió, para luego seguir ambos su camino a la tienda- seguramente la abuela tendrá varios dangos preparados, se los servirá rápido...

-No- la interrumpio- quiero dangos recién hechos, los harás tu. Ese es el trato- dijo de manera brusca, la chica solo asintió.

Tetsuko camino, sonriendo internamente por la extraña forma que tenia Hotaru de decirle que quiere que solo ella le cocinase.

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CONTINUARA...

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