—Creo que te traje al lugar equivocado —el conejo trató de llevársela pero los extraños personajes de la mesa se abalanzaron sobre él, quedándose a la pobre MC.

—¡Hoy te luciste Hyun! —espetó el sombrerero tomando un mechón de su cabello.

—¡Apártate Luciel! Mírala bien —El ratoncito le dio una palmada en la frente al sombrerero alejándolo de MC.

—¡Exacto desmemoriado sombrerero tonto!

El sombrerero oscureció su mirada mientras la observaba detenidamente. Y cuando terminó de verla se dio la vuelta sin decir nada y se sentó de nuevo en la mesa.

—Ciertamente es una niña, pero a primeras impresiones no lo parece —sus ojos tomaron un brillo y siguió— ¡Esta en crecimiento! Exijo derecho sobre ella.

—Que derechos ni que nada, si la tocas llamaré a la rey blanco para que te castigue! —Señaló el ratoncito— lo mismo contigo Hyun.

—Pero si está a punto de crecer... ¿no sería mejor encerrarla hasta que crezca? ¡El derecho es mío porque yo la encontré! —el conejo parecía pensativo, y demando lo último de forma tajante.

El ratoncito, que sin nadie pedírselo, se decidió llevarse a MC a un lugar sin pederastas de a mentis y mordió al conejo en el hombro. No gravemente sino más para sorprenderlo, y vaya que lo logro, porque lo dejo asombrado. El pequeño ratoncito había actuado decidido por primera vez.

Aprovechando el momento tomo la muñeca de MC y se la llevó, en dirección al castillo blanco. Llegaron rápido porque el lugar estaba tan cerca como se podía ver en la entrada.

MC estaba aturdida con los acontecimientos. Era imaginación suya, pero sentía que su inocencia no estaba captando muy bien las intenciones ajenas. Pero lo que podía asegurar es que podía confiar en el ratoncito, que le daba mucha ternura.

El castillo era enorme, sin más. Estaba lleno de bonitos cuadros, el jardín muy bonito, como para hacer una sesión de fotos; sin importar cuán fea fuera la modelo, la foto sería bonita por el fondo.

En un kiosco blanco con flores se encontraba el rey blanco. Su cabello era turquesa al igual que sus ojos. Vestido de un blanco pulcro, aún a esa distancia se podía ver que era calmado y muy amable, lo cual lo hacía ver guapo también.

—Jihyun —llamó el ratoncito cuando ya iban llegando a la pequeña construcción.

El rey volteó a ver y sonrió gentilmente y dio paso a su pequeño, simple y cómodo establecimiento.

—Con lo poco que veo puedo apreciar que traes una amiga.

—La verdad no la conozco en lo absoluto, pero creo que los demás están siendo muy...

—Aventurados —se apresuró a decir el rey a lo que el rubio asintió.

Cuando todo parecía estar a un paso de la calma, llegó el resto de los personajes que hasta ese momento había conocido.

—No sé qué te haya dicho Yoosung pero miente —vocifero el conejo—. Jihyun, si fuera tú consideraría unas clases de modales para Yoosung, me mordió.

—Bueno, eso tú te lo ganaste —aclaró el sombrerero— ¿Cómo puedes pensar en encerrar a la pobre niña?

MC no era más que un adorno en la situación, no le daban la palabra, además de que ella no la pedía. Me atrevería a decir que era una inútil, pero tampoco hay que ser crueles. La burguesía en esos años era una forma de vida, las mujeres eran simples cosas y con suerte les tocaba un marido que de verdad las amara. Por eso MC no hacía nada más que dejar la situación fluir.

Mi entera mitad (Jumin x Mc)Where stories live. Discover now