¿Cap #4?

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Jace

Alec baja las escaleras de la pequeña cabaña de manera tan lenta que casi me da sueño sólo verlo.

–¿Mala noche?

El medio zombie de ojos azules no responde y parece obligarse a caminar hasta la sala donde se deja caer en el sofá.

–¿Café? –vuelvo a intentar y ésta vez obtengo respuesta.

–Sí –habla con voz ronca, como si hubiera gritado toda la noche.

Y así fue, pienso preocupado mientras sirvo una taza para mi parabatai. Yo tampoco pude dormir bien debido a eso, ignorar los gritos de horror y balbuceos en la otra habitación fue muy difícil y la razón por la que desperté lo suficientemente temprano para preparar el desayuno.
Alec mira distraídamente el techo de madera clara y de la misma manera acepta la taza llena de café negro. Me sorprende un poco que pueda tomar estando recostado sin derramar ni una gota.

–¿Qué pasó ahora?

Los ojos desenfocados de Alec me miran de una manera que no me gusta nada.

–No quieres saber.

–Sí quiero –cuando me siento en la mesita de café me siento un psicólogo con su paciente.

Por el ángel, cuándo aprendí lo que es un psicólogo, pienso divertido. Alec deja la taza en el piso y parece notar algo.

–¿Y tu anillo?

Miro mi mano derecha, ayer adornada con el anillo de James Herondale, pero hoy totalmente desnuda.
Alec sigue mirándome esperando una respuesta.

–Lo vendí, al brujo que nos abrió el portal –mi explicación hace que Alec se levante de golpe.

–¡¿Que hiciste qué?! ¡Por qué lo hiciste, era el anillo de tu familia!

–Tú eres mi familia, Alec –también me pongo de pie para quedar frente a frente–. Ese anillo no significa para mí la mitad de lo que tú lo haces.

El otro Alec habría enrojecido por mis palabras y seguramente dicho algo como: "tú también eres importante". Pero este Alec me mira a los ojos, no se sonroja y parece seguir un poco molesto cuando habla.

–¿Y a quién fue? ¿A qué brujo le vendiste tu anillo?

–Hypatia... algo.

–¿Vex? ¿Hypatia Vex? ¡Ella conoce a Magnus, te lo dije, él conoce a todos los brujos! ¡Ella le dirá que no estamos en la academia y...!

–¡No soy un idiota, Alec! –grito harto– ¡Antes de darle mi anillo a Hypatia la hice firmar un contrato de silencio, si dice a dónde nos envió realmente, morirá! ¡Y de todas formas quién creíste que abrió el portal en el Instituto!

Alec abre y cierra la boca varías veces. No debió pensarlo y ahora el que queda como idiota es él.

–Alec, sé que todo esto debe ser horrible para ti, pero confíate en mí y te pediré que lo sigas haciendo.

Quisiera que pareciera arrepentido y diga "Confío en ti". Eso hubiera hecho, antes, el otro chico que a veces extraño.
Ahora suspira derrotado y se va sin disculparse y sin levantar la taza que deja medio llena en el piso.

Catarina

–Señorita Loss, creí decirle que podía irse.

–Pero doctor...

–Nada de peros, ha estado en turno casi cuarenta y ocho horas, necesita descansar –el doctor abre la puerta y hace un gesto invitándome a salir–. No permitiré que mi mejor enfermera sea ingresada por falta de sueño.

Un mundo de cabeza *Malec*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora