Cap #11

5.1K 451 158
                                    

Magnus

El vampiro se levanta y no deja de mirarme... es como si me reconociera. Da media vuelta y sale tranquilamente del lugar.
Todos los que habían mostrado interés en la pelea parece que la perdieron.

–¿Magnus?

Alec me mira sorprendido e inmediatamente siento un rubor en mis mejillas, pero cuento con que la poca luz del lugar lo cubra.

–H-hola –lo saludo jalando las mangas de mi suéter.

–Acabas... ¿acabas de defenderme?

–Sé que no debí hacerlo, era obvio que lo tenías bajo control, yo sólo quería... –agacho la cabeza de la pena.

Rayos, había olvidado qué tan orgullosos pueden ser los cazadores de sombras.

–Gracias –murmura.

Levanto la cabeza y él está mirándome de una manera extraña. Parece realmente agradecido.

–¿Gracias?

–¿Nunca habías escuchado esa palabra? –pregunta divertido.

Claro que la había escuchado, pero jamás de un cazador de sombras y últimamente menos en un buen contexto.

–No. Quiero decir sí, sí la he escuchado –me rasco la cabeza nervioso–. ¿Y ese vampiro, qué quería de ti?

–Nada importante. Ven –me ofrece una mano que miro desconfiado–. No voy a morderte... al menos no la mano.

De acuerdo, debo estar peor que una manzana madura. Le tomo la mano y me lleva a una mesa un tanto apartada.

–¿Y cómo va la herida?

–Ya no siento nada –sonríe–. Gracias a ti.

–No fue nada.

Y así acaban nuestros temas en común. Quisiera seguir hablando con él, pero no sé de qué podríamos hablar. ¿Qué música te gusta? ¿Qué haces para divertirte? ¿Qué planeas para el futuro? Aunque ya sé las respuestas: clásica, matar demonios, viajar a Institutos al rededor del mundo. Para mi suerte la camarera llega a pedirnos la orden. Yo pido una limonada y una orden de papas, y Alec una hamburguesa y un tequila.

–¿No bebes? –pregunta Alec.

Bien, algo de que hablar.

–No mucho. El alcohol y yo no somos buenos amigos.

–¿Algún incidente vergonzoso?

–Está uno donde me subí a una mesa y salté diciendo: Soy Tinker Bell.

Alec se ríe y eso me hace sonreír. Su risa es contagiosa.

–¿Y tú?

–El alcohol ha sido un fiel amigo desde muy joven.

–¿Algún incidente?

–Tantos, que no podría contar.

Estoy confundido, ¿no me contará ninguno como yo lo hice? La camarera regresa y después de dejar la comida, le dedica un guiño a Alec, el cual regresa antes que la joven morena se vaya. No sé porqué siento que me encantaría cortarle esa cola de caballo con unas tijeras de jardín.
Le doy un trago a mi limonada y Alec también alza su bebida.

–¿Por qué Ragnor te odia? –escupo mi bebida y lo miro sorprendido. No esperaba esa pregunta.

–¿Q-qué?

–Hoy me dijo que no podía, o más bien, que no debía estar contigo –señala con toda calma–. Déjame decirte que confío en él. Cuidó a Izzy cuando era muy joven e hizo todo lo posible por mamá antes que muriera. Así que quiero saber por qué te odia.

Un mundo de cabeza *Malec*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora