CAPITULO 13

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—¿Me estás jodiendo? —dijo Astrid dando vueltas por mi habitación. Negué con la cabeza. —Toda la familia  Deyler tiene una belleza diferente y única —dijo con asombro, mientras veía un cuadro con la foto de la familia Deyler que estaba ubicada encima de mi escritorio.

— Lo sé — dije soltando un suspiro.

— Te comiste a un bombón — dijo mientras miraba su reflejo en el espejo.

— Lo sé — dije sin saber que más decir.

— Y te peleaste con uno — afirmo.

— Lo sé —

— ¿Puedes dejar de decir "lo se"? Me pones los pelos de punta — me grito.

— ¿ y qué quieres que te diga? Todo se descontroló, ya no se como actuar o qué decir. — dije mientras me sentaba en la cama.

— Primero que nada, vas a comerte Artemis, porque está como quiere ese bombón — aseguro.

— No, no puedo. Mi cabeza no puede dejar de pensar en él y eso me vuelve loca — respondí, mientras daba vueltas en la cama.

— ¿Eres masoquista? — dijo Astrid mirándome fijamente desde la lejanía.

— Sabes que si — le sonreí pícara.

— Ese idiota te trata mal y encima te insulta. En cambio Artemis se preocupa por ti y desde que has llegado te trata amablemente — Dijo Astrid con las cejas fruncidas.

— Lo sé — conteste con una sonrisa. Un libro voló cerca de mí y se estampó contra la pared.

— ¡Astrid! — le grite.

— Lo sé — me contesto. Revoleó los ojos por sus estupideces.

— Vamos a dormir que mañana hay clases — le dije.

— ¡pero tengo hambre! — dijo Astrid con una mueca de tristeza.

— A la cama, ahora — ordene.

— No soy un perro cualquiera al cual tienes que dar órdenes — grito.

— Tienes razón no eres cualquier perreo, eres mi perra — dije riéndome.

Se abalanzó hacia mí y caímos al suelo. Empezamos a forcejear y pegarnos, chocamos con el armario. Astrid estaba encima de mi brincando como una desquiciada y yo estaba riéndome sin parar. Agradecía que el piso fuese de alfombra porque si no, la caída habría sido fatal..

— Oh si más duro, perra — le dije a Astrid.

— Angélica tenemos compañía — dijo mordiéndose el labio inferior. Di vuelta mi cuerpo para ponerme boca abajo y tirando a Astrid en el proceso — auch — dijo Astrid quejándose.

Mi mirada recayó en los hermanos Deyler. Félix, estaba al costado de la puerta con una sonrisa divertida. Llevaba uno jean apretado de color rojo que lo hacían ver genial. Una camisa blanca desaliñada, las mangas de la camisa estaban subidas hasta los codos, dejando ver sus antebrazos donde se marcaban sus venas. Su pelo estaba hecho un desastre, su pelo color castaño con reflejos rubios estaban dispersos. Le daba una apariencia de lo más atractiva. 


felix, tenia una mirada divertida y su sonrisa ilumino toda la habitación.

— No sabia que tenías una relación tan peculiar con tu amiga — dijo Félix divertido.

— Si te soy sincero, yo tampoco — dijo Edwin mirándome fijamente con sus ojos azul zafiro.

Astrid tosio y todos los ojos fueron a para en ella.

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2020 ⏰

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