—¡Chisst!—dijo ésta y se puso de cuclillas al suelo con una agilidad impresionante—Rhydian solo pudo rodar los ojos creyendo que Jana no había entendido nada de lo que le había dicho—. Déjame concentrarme.

—Te acabo de decir que no funcionará—Jana no le hizo caso y dejo que el Eolas llegara hasta ella, ojos amarillos, sentidos en alerta, y ya lograba ver a su alrededor—. Y claro, a ti no te importa...—el rubio se encogió de hombros tratando de quitarle importancia al asunto. Pero en el fondo esperaba que Jana si lograse encontrar a Maddy, tal vez, solo tal vez, el problema lo tenía él.

Sus ojos amarillentos, sus sentidos elevados, el bosque, los árboles, sangre cubriendo el pasto, y al final de todo eso, las lomas se cubrían de amapolas blancas y motas rojas, las motas iban y venían, como si fuesen mostrando el trayecto que seguir.
Fue que Jana recordo la historia que Tom y Shannon le habían contado hace un tiempo con los cazadores. La vez en que Maddy le había quitadi las llaves de su casa a Rhydian.

—¡Rhydian, las motas!—gritó con entusiasmo y se levantó con esta misma, Rhydian sonrió irónico, era tal como él habia dicho, el problema al parecer no era él—. ¿Es qué no lo ves?—Jana le sacudió de los hombros feliz, Rhydian se sentía demasiado abrumado como para decirle que dejara de hacer eso—.¡Las motas, Rhydian! ¡Es Maddy!—éste la miro como si hubiese perdido la cabeza. Si ya sentía que a Jana le faltaba cordura, ahora sentía que tenía la prueba.

—Agradezco que quieras ayudar Jana, pero eso no tiene ningún sentido—Jana se golpeo la cara con una mano, y rodó los ojos de paso.

—Vamos Rhydian, no es tan difícil, solo acuérdate lo que nos contó Tom y Shannon—...—¡Si las motas aparecen, es porque el lobo esta cerca!—Rhydian asintió sin entender nada aún, Jana parecía no tener intención de explicar nada más. A veces el rubio era duro de cabeza cuando se trataba de explicaciones fugacez—. No lo entenderás, así que no te lo explicaré—Jana le indicó con la cabeza—. Sigueme, no perdamos más tiempo.

—¿Estás segura de lo que dices?—Jana no le respondió, solo siguió por donde las motas habían indicado el camino que supuestamente Maddy había recorrido. Estaba segura de que las motas debían significar algo, más si se trataba de un bosque donde estas flores no crecían, y por si fuera poco, era habitado por sangre de lobos silvestres, ella sabía con certeza que ninguna manada silvestre se arriesgaría de esa manera, no teniendo a los cazadores a la orden del día.

—Bueno, solo intento estar seguro—el rubio no le quedo de otra que seguir a su pelirroja amiga, la que ya había alcanzado gran tramo recorrido.

Con Maddy Smith paralelamente
a Rhydian y Jana

—¡Alejate de él ahora mismo!—había rugido Maddy al llegar donde estaba John. Ella habia llegado justo cuando Jill le rasgaba la piel a su pelinegro amigo y le hacía gritar  y encogerse de dolor—.¡Sueltalo ahora!—Jill volvió a ignorar la advertencia de la castaña y le hundió aún más las garras a John, el que lanzo un horrible grito de dolor—. ¡Ya detente!—Maddy corrió en dirección a Jill con los colmillos afuera, los ojos amarillentos y las garras afiladas.

Estaba tan enojada e impotente.

—Vete Maddy—gimoteo John, en un intento de mantener la atención de Jill en él y no en la castaña—. ¡Vete!—la sangre de lobo enemiga le tumbó con fuerza al suelo cuando éste trato de reincorporarse.

Maddy se detuvo de improviso cuando la otra sangre de lobo dejo de lado a John y se posicionó de frente a ella.

—¡Ay, que linda!—...—¿Vienes a salvar a tu novio?—John lanzó un gemido de dolor, tenia una gran herida en su pecho, la que se había hecho más grande cuando Jill le volvió a rasguñar—. Enserio, ¿no pudiste conseguir algo mejor?—Jill hizo cara de disgusto, como si la idea fuera la más repugnante de todas—. Aunque pensándolo bien, son de la misma manada. De la misma escoria, son tal para cual.

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2022 ⏰

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