Parte 27

24.7K 3.9K 2.5K
                                    

—¿Está en la cárcel?

Lo pregunté porque era la teoría que mejor me encajaba.

—Joder —me miró asombrada—. Esa habría sido una explicación muy buena, ¿verdad? Mucho mejor que la de China. Pero tu madre vive empeñada en no ser un mal ejemplo para ti.

—¿Estuvo alguna vez en China?

—No.

Otra duda me asaltó.

—Si nunca estuvo allí ¿de dónde sacaba los regalos que me traía?

—Los compraba yo en tiendas de Madrid. Al final casi todo lo que se vende en las tiendas está hecho allí.

—¿Hasta el gato ese que mueve la mano?

—También.

—¿Y los emails los enviabas tú?

—La abuela hasta este año. Tu madre me hizo leer todos los correos de los años anteriores para que no metiera la pata —se cruzó de brazos, encogiéndose—. No has estado nunca en Port Aventura ¿verdad?

Negué con la cabeza mientras trataba de acordarme de lo que decía en esos emails. Cada email que recordaba era más vergonzoso que el anterior: cuando le pregunté si me podía casar con Alicia, aquellos emails en los que disertaba sobre Pokémon y sus evoluciones, el día que escribí furiosa porque me habían regañado por subirme a los tejados de la aldea...

—Menuda cagada —murmuró mi tía.

—¿Dónde está mi madre? —fui un poco brusca, pero me olía que se estaba intentando desviar del tema.

—Quizá debería empezar por contarte...

—Empieza por decirme dónde está.

Ella levantó las cejas y carraspeó.

—En El Tártaro.

—Ah —me sonaba aquella palabra—. ¿Y allí no hay Wifi?

—No, Alexia, en el jodido Inframundo no hay wifi.

Aquello me sonó muy mal.

—¿Inframundo?

—El Tártaro está en el Inframundo.

—¿No está en Rumanía?

—Eso son Los Cárpatos. ¿No te has leído el libro que te di?

—No.

Suspiró decepcionada.

—Hasta que no lo leas no entenderás nada.

—¿El Inframundo es como el infierno?

—No, el Inframundo abarca más. El infierno, varios tipos de paraísos... Según la mitología allí van las almas de los muertos. Es un lugar enorme. Tiene ríos, lagunas y distintas regiones a donde van a vivir esas almas según la vida que han llevado. Si fuiste bueno vas a los Campos Elíseos, si fuiste un héroe acabas en las Islas Elíseas, si los dioses te quieren castigar... en fin. Pero eso es lo que ellos cuentan. Estoy convencida de que en realidad sólo llevan allí gente, no almas. Si hay vida o no después de la muerte es algo que ellos no controlan.

—¿Ellos?

—Los dioses.

—¿Y El Tártaro qué es?

Mi tía se quedó mirando hacia el cielo. Yo no vi nada especial, el cielo estaba cubierto de nubes grises que cada vez estaban más oscuras. Iba a llover.

—Hay algo que tienes que entender, y es por qué ella está allí.

Fue arrastrando los pies hasta el coche y se apoyó sobre él. Me acerqué hasta donde estaba.

Cuervo (fantasía urbana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora