CAPITULO 11

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Como habíamos quedado la noche anterior, hoy le daría a Marco esa conversación pendiente que tenemos. Mi mañana fue como una normal, me desperté pronto para ir acostumbrándome a madrugar porque, desgraciadamente, pronto comenzarían de nuevo las clases. Corrí unos cuantos kilómetros para así despejarme un poco. Luego volví a mi casa, me duche y decido ponerme un vestido corto negro con puntitos blancos, algo muy sencillo, junto con unas zapatillas estilo Reebok (foto al final). Por ultimo me pongo unas gafas de sol en mi pelo, que en el día de hoy cumplirán la función mas de diadema que de otra cosa y un bolso a juego con el color de mi vestido. Tras comprobar que todo esta bien en casa, salgo por la puerta y cojo el coche dirección a la casa de Asensio.

Después de varios minutos, me encuentro plantada justo delante de la puerta y antes de llamar a la casa, me quedo pensando lo que se me viene encima. Necesitaba explicaciones de todo lo que había pasado aquella noche pero no se si estaba preparada para escucharlo, no sabría como iba a reaccionar y tenia que pensar muy bien lo que quería decirle para no quedarme en blanco delante suyo, como suele ser. El muy cabrón sabia perfectamente cuales eran mis puntos flacos con respecto a el y no dudaba en utilizarlos a su favor. El sabia perfectamente como me afectaba su sonrisa y siempre que hablaba de algo serio conmigo parecía un payaso, en serio, no se podía sonreír tanto cuando se habla de algo malo, delicado o se discute. Mi dilema interior fue interrumpido por un zumbido de parte de la puerta que se encontraba delante mio. Sorprendida, hago mi camino hasta lo que es la puerta principal de la casa. Allí le veo recostado sobre el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una sonrisa burlona en su cara, y aquí vamos de nuevo.

-¿Tenias pensado abrir la puerta con la mente?- me dice burlonamente mientras llego a su lado-.

Como era de esperarse recibe de mi parte una mirada matadora. Anda que empieza bien la cosa...

-Hola, ¿que tal Marco? ¿Has pasado buena noche? ¿Si? Yo también, gracias por preguntar-.

Mi comentario irónico fue recibido por una gran carcajada por su parte. Se acerca a mi y me da un gran abrazo. Aun se siente raro que me demuestre afecto después de tanto tiempo sin vernos, pero ,sin duda, se siente bien.

Entramos en la casa y dejo mi bolso en el sofá, como acostumbraba a hacerlo hace unos años. Después le sigo hasta la cocina y tengo que reconocer que huele realmente bien, es algo impropio de Marco Asensio, digamos que la cocina no es su punto fuerte.

-Mmm... super cheff, ¿que vamos a comer hoy?- camino hasta ponerme a su lado en la encimera y disfruto del aroma tan rico que hay en el ambiente-

-¿Has visto? ¡Vas a chuparte los dedos!- sonríe orgulloso de su trabajo-.

La verdad es que la paella que esta cocinando tiene una pinta increíble. Se me hace la boca agua solo con olerla y verla.

-El arroz ¿hecho o poco hecho, mas bien algo duro?- cuestiono centrando mi vista en el inquisitivamente-

-Siempre poco hecho, si esta muy hecho no es arroz, sería puré en granos- ambos nos reímos por su comparación-.

Dejé que el siguiera con lo suyo y me fui a sentar en la barra. Estuve mirando alrededor y me percaté de algo. Comencé a reírme como loca, lo que capto la atención de mi acompañante y me miro como si fuera una demente.

-Me estas dando miedo. ¿De que te estas riendo?- frunce el ceño y deja por un instante todo lo que esta haciendo-

-Me has mentido - me bajo de la encimera con una sonrisa en la boca. El frunce aun mas su ceño- Tu no has cocinado esto. Ha sido tu padre-.

Se sorprende de que me haya dado cuenta.

-Pero como...-

Me limito a enseñarle el mandil que suele usar su padre para cocinar mientras sonrío burlonamente.

El pasado siempre vuelve |Marco Asensio|Where stories live. Discover now