Capitulo 26 "La promesa rota"

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— Siento ser yo quien te lo diga, pero su lindo trato termina ahora... — gritó Jhonatan con un nuevo relámpago apagando su voz.

Entonces Rachel se tapó las orejas con las manos y lloró. No quería oír el disparo. No quería saber cuándo moriría o cuando su vida acabaría.

Fuera de control solo subió una vez mas las escaleras a trompicones para distanciarse del horrible sonido que iba a producirse. Junto a las amplias puertas de madera, el aire fresco producto de la lluvia que comenzaba a caer la inundó e hizo temblar.

Aún había cosas que quería decirle a Derek. Había cosas importantes, que le cambiarían la vida y que aún no habían hecho juntos. Se equivocaba con respecto a aquella noche. No era así como tenía que acabar su historia, solo llena de pesadillas, sangre y muertes. Así no debía de terminar aquel trato y entonces recordando lo dicho por Jhonatan hablo:

— ¡No! — gritó — Él no nos puede arrebatar nuestro trato, ¡No se puede robar un trato solo hecho de a dos! ¿Me oyes?. Siempre fue y sera algo solo nuestro y nadie puede arrebarnoslo — chillo y depronto el sonido del disparo la silencio y desgarró por dentro.

Y entonces lo supo.

Cayó al suelo llorando y chillando como un bebé. Oyó la puerta abrirse y a unos torpes y lentos pasos saliendo de ella al mismo tiempo que la voz volvía a hacer su aterradora presencia.

— RACHEL SU MISIÓN... — Rachel apenas escuchó lo que esta le decía los latidos de su corazón y el llanto apenas le permitía escucharla — RACHEL... — llamó la voz y el sonido de un nuevo relámpago la interrumpió. De todas formas Rachel no quería escucharla, no se imaginaba continuar sin él, sin Derek. Permaneció en silencio. La voz no volvió a hablar, pero las luces de emergencia se encendieron. Rachel solo permaneció en silencio dejando a las lágrimas solo deslizarse por su rostro.

Varios segundos pasaron y ella estaba perdida tan absorta que apenas escuchó cuando alguien se acercó a ella.

— Perdón, pero aunque te duela, yo de verdad no lamento haber roto nuestra promesa — murmuró una leve y cansada voz.

Rachel arrancó su vista del sucio suelo y admiro al chico de frente. Su rostro estaba demacrado y sucio surcado con una pequeña y rubia barba de días, su ropa blanca muy manchada de sangre y su cabello rubio grasiento y enmarañado; Aun así ella lo vio perfecto con los ojos iluminados y llenos de lágrimas que aún nublaban su vista.

— ¡Eso... ya no me importa ahora! — exclamo a voz quebrada poniéndose de pie y pestañeando precozmente aun no creyendo aquella viva imagen que tenía en frente — ¿Derek? — murmuró.

Él le sonrió de costado con esa pesadez y cansancio que cargaba su cuerpo, pero que aun arrastraba — Niña — murmuró.

Apenas hablo Rachel se lanzó sobre Derek para abrazarle y quien perdiendo pie y fuerza cayó de espaldas resbalando sobre las escaleras y el suelo de mármol.

Sintió el pequeño vértigo mientras el corazón ahora le latía tan fuerte y con una emoción tan diferente a la adrenalina de tan solo segundos antes. Era finalmente alegría y felicidad. «Lo logró»: pensó él.

Apretó aún más hacia él la espalda y cintura de Rachel con sus brazos evitando que ella se le escapara de entre ellos y así llamando su atención le hablo:

— ¡Rachel!... Eres la ganadora — felicito cayendo él también en la extraña e irreal idea. Rachel sobre el y su pecho levantó su vista para mirarlo — ¿Me regalas tus máscaras? — pidió enderezandose en el suelo y Rachel lanzo una carcajada — ¡Ganaste Rachel, Ganamos! — repitió él esta vez tomando su rostro y encontrando sus mieles y verdes ojos de entre su enmarañado cabello y acariciándolo para quitarlo de su camino.

— Definitivamente soy ganadora — dijo ella con las brillantes gotas de lagrimas aun pintadas en sus pestañas y mejillas. Derek pasó su dedo sobre ellas secándolas — Pero eh ganado mucho más que éste un juego — dijo elevando su cabeza con la mirada puesta en él y en un deseo que cumpliría.

— Igual yo — agrego él y con rapidez encontró su boca con la suya, fundiéndose ambos en un cálido y triunfador beso.

Mientras la lluvia caía recia y los truenos sucumbian contra el pueblo de Villa Lóbrega aquel macabro juego parecía haber llegado a su final.

Fin

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¡Querido lectxr muchas gracias por ser parte de esta maravillosa y aterradora historia!

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¡Querido lectxr muchas gracias por ser parte de esta maravillosa y aterradora historia!.

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El trato y el sacrificio Where stories live. Discover now