El último héroe del olimpo (Percy Jackson 5°) - Rick Riordan

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1. —Y suponiendo... —dijo— sólo suponiendo que esas dos personas se gustaran, ¿qué haría falta para que el tonto del chico besara a la chica, eh?
—Pues... —Me sentí de golpe como una de las vacas sagradas de Apolo: lento, bobo y sonrojado—. Hum...

2 —Buena suerte. —Rachel me besó antes de que pudiera reaccionar—. Y ahora en marcha, mestizo. Cárgate a unos cuantos monstruos por mí.

3. —Bueno —comentó Beckendorf—, supongo que no querrás que le cuente a Annabeth la escenita que acabo de presenciar.
—Oh, dioses —mascullé—. Ni se te ocurra.

4. —No puedes fiarte de los amigos. Siempre acaban decepcionándote. Luke lo aprendió de la peor manera posible.

5. No es fácil disfrutar de las bromas cuando toda tu vida parece una broma pesada.

6. Annabeth entró corriendo en el pabellón justo detrás de él, y he de reconocer que al verla el corazón se me aceleró un poco. No es que ella se esforzara mucho en tener buen aspecto. Últimamente habíamos participado en tantas misiones que apenas se entretenía en cepillarse su ondulado pelo rubio ni se preocupaba de la ropa que llevaba puesta: normalmente, la vieja camiseta anaranjada del campamento y unos tejanos; y de vez en cuando, claro, la armadura de bronce. Tenía los ojos de un gris tormentoso. La mayoría de las veces no podíamos mantener una conversación sin
intentar estrangularnos el uno al otro. Pero, aun así, sólo de verla me sentía confuso y aturdido. El pasado verano, antes de que Luke se convirtiera en Cronos y todo se torciera entre nosotros, hubo algunos momentos en los que pensé que tal vez... bueno, que tal vez llegaríamos a superar esa fase de querer estrangularnos el uno al otro.

7. A veces el poder más difícil de dominar es la capacidad de ceder.

8. —Sois los mayores héroes del milenio —los arengué—. No importa cuántos monstruos se echen sobre vosotros. Luchad con valentía y venceremos. —Alcé a Contracorriente y grité—: ¡Por el Olimpo!

9. —Está bien. En marcha —dije. Antes de que pudiera acobardarme, añadí—: ¿No hay un beso para darme suerte? Ya es una especie de tradición, ¿no? Temí que me diera un puñetazo. Pero lo que hizo fue sacar su cuchillo y mirar al
ejército de monstruos.
—Regresa vivo, sesos de alga. Entonces veremos.

10. No puedes abandonar a tu familia porque te hayan hecho algo horrible.

11. «No tenía sentido defender el campamento si vosotros moríais. Todos nuestros amigos están aquí.»

12. «Está bien. Se porta mejor de lo que esperaba. Aunque, la verdad, "¡Pol mejillón!" me parece un grito de guerra muy raro.»

13. «¿Te haces una idea del tiempo que llevo remodelando este palacio? Sólo la sala de juegos me llevó seiscientos años.»
—Padre...
«¡Está bien! Se hará como tú dices. Pero, hijo mío, reza para que funcione.»
—Ya estoy rezando. Hablo contigo, ¿no?
«Hum... sí. Buena observación. Anfítrite... ¡ya voy!»

14. —¿Un dios?
Zeus puso los ojos en blanco.
—Un dios algo alelado, por lo visto. Pero sí. Con el consentimiento del consejo
en pleno, puedo hacerte inmortal. Y luego habré de soportarte toda la eternidad.

15. No nos soltamos las manos hasta que nos arrojaron al agua.  Pero el último en reírse fui yo. Formé una gran burbuja de aire en el fondo del lago y nuestros amigos se quedaron plantados en la orilla esperando a que saliéramos... Ah, cuando eres el hijo de Poseidón, no tienes que darte tanta prisa. Fue sin duda el mejor beso submarino de todos los tiempos.


Frases del Olimpo. Vol2Where stories live. Discover now