Inverno Rojo || One shots BuckyNat / WinterWidow

Estoy contigo

Disclaimer: Ni Natasha, ni Bucky, ni los Vengadores, ni la canción me pertenecen. La historia es producto de mi imaginación.

"Tú mi estrella despistada en la noche, tú que aún brillas cuando escuchas mi voz. Estoy contigo. Y cuando sientas que tus manos no se acuerdan de ti y que tus ojos han borrado el camino, estoy contigo para darte mis palabras si tus labios ya se han dormido, devolverte tus latidos, todo lo que hiciste por mí."

La base de los Vengadores se veía como ningún otro día. Pepper y Tony se habían encargado de que el lugar luciera como salido de un cuento de hadas. Había un precioso arco de flores en el jardín, con pocas sillas que lo rodeaban. Poco a poco se iban reuniendo los amigos cercanos a celebrar ese día. Morgan y Nathaniel correteaban entre las flores, mientras que Cassie y Lila se dedicaban a charlar emocionadas entre sí. Desde una de las ventanas de la zona habitacional del complejo, Natasha Romanoff observaba la escena.

— ¿Lista? — la voz de Clint Barton la sacó de su ensoñación.

— La verdad ... — Natasha sonrió alisando el vestido blanco que usaba. — creo que siempre he estado lista pero no termino de creérmelo.

— ¡Créelo Nat! — Laura daba vueltas a su alrededor terminando de arreglar el peinado de su amiga — ¡Es el día de tu boda!

Así es, Natasha Romanoff se iba a casar. Ni siquiera tenía idea de cómo había pasado, pero allí estaba, con las dos personas a las que consideraba sus hermanos, esperando que diera el momento bajar a la ceremonia que sellaría su unión con James Buchanan Barnes, anteriormente conocido como el soldado del invierno.

Para que Natasha y James hubieran tomado la decisión de casarse tuvieron que pasar por cosas horribles. Situaciones que, aunque no querían recordar y mucho menos volver a vivir, eran las que los habían hecho entender lo que significaban uno al otro

(Flashback)

La misión había salido muy muy mal. Y la Viuda Negra estaba furiosa. No podía creer que James y Steve Rogers la estuvieran tratando como una damisela en peligro. Si no hubiera sido por eso, probablemente estarían sanos y salvos, sentados en el Quinjet listos para irse a la base, pero no. Ahora estaban encadenados, colgados de la pared, Steve en otra habitación y Natasha y James frente a frente, con una bomba a punto de explotar. Además, habían sido torturados hasta un punto que rayaba en lo inhumano. A pesar de que los tres poseían alguna derivación del suero del supersoldado, estaba muy lastimados, Natasha exhibía un enorme corte en la frente y de su abdomen corría sangre donde la acuchillaron; Steve tenía la cara casi desfigurada por los golpes mientras que James no podía sostener su peso por los golpes que le habían propinado en los costados, tosía con un poco de sangre y la rusa temía que le hubieran perforado un pulmón con el golpe.

— Debimos haber seguido con mi plan — bufó Natasha sin pensarlo. James volteó a verla y rodó los ojos

— ¿En serio Natalia? ¿Ahora quieres hablar de esto? ¿AHORA? ¿Contra reloj? — James se estiró y gruñó, le dolía cada centímetro del cuerpo.

— Pues sí, no tenemos nada más que hacer o ¿me equivoco? — alzó la ceja.

— No podía dejar que te pasara nada, kisha — bufó sin poder contenerse — Era un plan suicida y lo sabes, era mejor hacer lo que Steve proponía.

— ¡Y mira como terminamos ahora James! — dijo Natasha exasperada, mientras observaba fijamente el reloj de la bomba que marcaba menos de 10 minutos — Tenemos 10 minutos para soltarnos, desactivar la maldita bomba, buscar al idiota que tenemos por mejor amigo y largarnos de este lugar .