Dos

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−Ella me envió ropa para que me pusiera−, dijo Lena al tablero su Tesla Model 3.

−¿La llevas puestas? ¿Son geniales? ¿Te gustan?− Preguntó Emma en tono adolescente rápido.

−Sí, supongo, y supongo−, dijo mientras el auto daba otro giro autodirigido. Estaba más agradecida que nunca por la función de piloto automático porque no había forma de que pudiera ver el tráfico de y el GPS al mismo tiempo.

−Lee, necesito más. Mi hermana va a tener una cita con mi cantante favorita en todo el mundo, ¡y ella te vistió! No me hagas esperar para verlo en la revista People como todos los demás

−People, oye−. Lena se pellizcó el puente de la nariz cuando el estrés de la idea la golpeó como un palito de hielo en el cerebro. −Ella me vistió como Patti Smith. Exactamente Patti Smith en la portada de Horses.

−¿Qué? ¿Quién?− Preguntó Emma.

−Patti Smith, pantalón negro, camisa blanca, corbata delgada. Emma, ​​es icónico. Buscalo en Google.

Emma se rio. −Está bien, pero suena súper gay.

−Lo es−, confirmó Lena con una sonrisa, pensando en la nota que Kara había clavado en la corbata diciéndole que la dejara desatada. −Y ella me dejó instrucciones escritas sobre cómo usarlo, como si no pudiera entender cómo vestirme como una diosa del punk-rock. Emma, ¿qué estoy haciendo?

−Estás siendo increíble−, dijo Emma con un toque de adoración. −No puedo creer que ella quiera salir contigo. Todos mis amigos morirán. Oye, ¿puedes conseguirme pases detrás del escenario?

−Hey, esta llamada telefónica es sobre mí−, dijo Lena secamente.

−Lo siento, lo siento. Tengo catorce. Soy egoísta. Está permitido.

Lena se echó a reír. −Yeah, supongo. Sin embargo, voy a colgarte ahora. Soy una celebridad muy famosa. Está permitido.

−Totalmente−, estuvo de acuerdo Emma. −Envíame una selfie, ¿Si?

−Totalmente−, coincidió Lena. −Te amo, Emma.

−Te amo, Lee.

Presionó el botón de desconexión en el tablero y miró alrededor de la intersección donde el auto se había detenido. Definitivamente estaba en el Village ahora, la única área de la ciudad de Nueva York que le gustaba. Solía ​​caminar por Stonewall cada vez que venía a la ciudad en los primeros años. Al principio era demasiado joven para entrar, luego demasiado encerrada. Hizo de la barra icónica su primera parada después de salir, pero para entonces ya era demasiado reconocible. La acosaban antes de que realmente tuviera la oportunidad de reflexionar sobre su entorno. Tal vez volvería alguna vez, como en una noche de semana, cuando las cosas se relajaran.

Su pecho se apretó cuando se acercó al restaurante y vio a los paparazzi esperando en hordas afuera. Una pequeña voz susurró en su oído diciendo que nada volvería a calmarse. Ella le dijo lo mismo que había tenido durante días. Ella quería esto. O lo necesitaba para conseguir lo que quería. Ella no estaba haciendo nada diferente a investigar un personaje o entrenar o teñirse el cabello para obtener un papel. Aunque cuando el auto se detuvo y las cámaras giraron en su dirección, se sintió diferente.

En un instante, James estaba abriendo la puerta y los paparazzi se volvieron locos. Ella había experimentado este tipo de festival flash en los estrenos de la alfombra roja y en los shows de premios, pero nunca mientras entraba a un restaurante. Su instinto natural de huir se apoderó. Ella comenzó a agacharse nuevamente dentro del auto, hasta que James le puso una enorme palma en el hombro y bajó su enorme figura hasta su oreja. −Te ves genial. Ahora sígueme como si fueras el dueño del lugar, porque esta noche lo eres.

 ωʜᴏ'ɗ ʜαᴠє ᴛʜᴏᴜɢʜᴛ  / SᴜᴘᴇʀCᴏʀᴘ / AUWhere stories live. Discover now