➳ 32:Prioridad. ➳

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Harry


Era medio día cuando el dragón de escamas blancas y doradas planeó junto a una de las torres más altas del Krestum.

Era un día despejado, Ala nieve ya no estaba cayendo. Al parecer el invierno se había detenido. Incluso el sol se asomaba como un punto brillante entre el cielo blanco. Fue así, como la gente del sur comenzó a señalar a los cielos, pues reconocían perfectamente a quién pertenecía tal criatura y después de haber recibido la noticia de la victoria en la guerra, cada persona en las calles de la gran ciudad de Dragonscale, aplaudía y aclamaba con felicidad, recibiendo al príncipe Harry de vuelta a casa.

Los dragones reales, o al menos la mayoría de los que habían servido en la batalla, rugían en torno al vuelo de Reikon, como si lo saludaran también y le dieran la bienvenida.

Pronto, las puertas enormes del Krestum se abrieron tras las campanadas que anunciaron la llegada del príncipe Harry. A la explanada del castillo salieron corriendo la reina Anne y la princesa Gemma, esperando ansiosamente ver a su familia. Incluso Skyler Akgon, ya atendida por los médicos, caminaba con lentitud fuera del castillo, con el brazo completamente vendando y doblado flojamente sobre su pecho.

El resto del personal del castillo, así como algunos guardias y ciudadanos del norte como del sur, se aproximaron para recibir a Harry.

El príncipe seguía temblando, con los restos de sus lágrimas surcándole el rostro. Aterrizó mientras que el resto de la gente retenía la respiración. Pues cuando el joven príncipe puso un pie sobre el suelo de la explanada, cargando el cuerpo de su padre entre sus brazos, solo fue consiente de como su madre resbaló entre los brazos de Gemma y como la gente gemía de angustia al ver a su rey inerte entre los brazos de su príncipe.

Harry no se detuvo, avanzó por el suelo de arenisca y aunque cada mirada de dolor le punzó justo en la sien, en la nuca, de relleno en el rostro, el príncipe mantuvo su camino directo hasta las puertas del Krestum.

Se reunió con su familia breves segundos, mirando a su madre a los ojos, a su hermana, Skyler también. Todos tenían los ojos llorosos y las lágrimas cayendo por sus pómulos. La reina se apegaba al cuerpo de su hija y durante ese pequeño momento, fueron solo una familia atormentada, hundiéndose en el dolor que conllevaba su pérdida. Pero Harry no se mantuvo ahí. Comenzó a caminar de nuevo, moviéndose con delicadeza, mientras acomodaba el cuerpo de Daeron entre sus brazos, entrando directo al castillo.

Cada hombre, guardia y sirviente, se postró sobre sus rodillas cuando el joven príncipe entró al castillo. Nadie dijo ni una sola palabra, mientras mostraban su respeto como homenaje a quién había guiado su reino durante décadas.

«Daeron Akgon, primero con el nombre, rey de dragones, que no arde; protector de las tierras doradas del sur y Kargem del cielo. »

Harry avanzó por el gran salón, el de los techos altos y ventanales que mostraban los cielos, de una fortaleza que yacía entre las nubes. El joven se guió en línea recta, donde se mostraba el gran trono de oro y los cráneos de dragones. Harry avanzó y depositó, con suma delicadeza, el cuerpo de Daeron, en a la mesa frente al trono mientras miraba con un dolor incomprensible a su padre, con la sangre seca rasgándole la piel pálida de su cuello.

Él príncipe finalmente cayó de rodillas.

Y con los brazos cruzados sobre la mesa, a la misma altura que su padre, se refugió para por fin echarse a llorar con libertad.

No pasó mucho tiempo para que el resto de su familia llegara hasta él.

Primero sintió a su madre tomarlo de los hombros para apretarlo en un abrazo en el cual ambos se sujetaban mutuamente. Harry se aferró al cabello de su madre como un refugio, recordando a cuando era un pequeño niño y lloraba hasta quedarse dormido sobre su hombro. Después sintió los dulces brazos de su hermana, quién lo apretaron con fuerza. Y por fin, Skyler los abrazó también, sosteniéndose así primo como si la vida les dependiera de ello, rogando porque esos pedazos de la familia rota que eran, se mantuvieran unidos durante las olas de dolor que estaban por bañarlos y privarlos de una curación rápida y pronta. Aunque lo harían, porque de eso se trata la vida.

Dragonscale [l.s]Where stories live. Discover now