Capítulo 9

325 49 192
                                    

—Anoche la pelirroja volvió a hablarme —Le digo a Finn mientras elabora una caña de pescar.

Deja lo que está haciendo porque de súbito las manos comienzan a temblarle, entorpeciéndole.

—Creo que se llama Sadie —continúo—, además me pidió que le dijera a un tal Noah que le espere.

Finn palidece y abre los ojos como platos. Trata de disimularlo parpadeando mucho.

—¿Tienes idea de...?

—No, no sé de quién hablas —Contesta de forma atropellada.

—¿Seguro? Porque te has puesto extraño y...

—No, no... —me da la espalda— ¡es que no me gusta que ella te hable! —grita— ¡es malvada! ¡no la escuches! ¡acuérdate que quería llevarte con Aren! ¡no la escuches!

—Vale. No hay problema...

Se vuelve con la mirada gacha.

—Perdona, no debí exaltarme —se agarra los tirantes distraídamente— Es sólo que no quiero que nadie te haga daño ¿sabes? Además, admito estar preocupado por los chicos. No han vuelto y no descarto que esa pelirroja los haya atacado. Quisiera poder ir a buscarlos, pero no puedo dejarte sola, no quiero dejarte. Mi prioridad es tu seguridad.

—Eres muy dulce —MALDICIÓN, PENSÉ EN VOZ ALTA. SADIE, VEN Y MÁTAME. QUÉ VERGÜENZA.

Él reprime una sonrisa y continúa con la caña de pescar. Al cabo de unos minutos, sin embargo, se harta de hacerla y la lanza al río.

—No podemos seguir así. Necesito hacerlo.

—¿El qué?

No responde, sencillamente se acerca y me besa en los labios.

No, adiós. Mi mente hace corto circuito y mi estómago revienta de tantas mariposas. Ya estoy muerta. Me he perdido en la emoción, la conmoción, el terror, el pavor, el miedo, la felicidad... Tengo tantos sentimientos que ya no puedo procesarlos.

HACE MUCHO CALOR.

Tras el beso, Finn me observa expectante, suplicante para que le diga algo, lo que sea...

¿Me ha gustado? ¡No lo sé! ¡No tengo punto de comparación! De lo que estoy segura es que quiero que me bese de nuevo, lo necesito de una forma enfermiza, desquiciada.

Dado que no puede leer la mente y sigue a la espera de una respuesta, me pongo de puntitas, le agarro de los tirantes y poso mis labios en los suyos por un largo rato, luego comienzo a darle pequeños besos y él los corresponde.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

Que alguien me detenga. No puedo parar.

De repente me ha rodeado la cintura y no entiendo cómo es que mis dedos se están paseando por su cabello azabache.

Y así nos la pasamos el día entero: besándonos.

Si Sadie me ha vuelto a hablar, no le he puesto atención. La comida de hoy estaba deliciosa, pero los besos fueron lo mejor. Por primera vez me gustó recoger leños, porque Finn me besaba cada que le entregaba uno en sus manos.

Incluso a la hora de dormir, nos hemos besado y no hay nada que nos detenga.

Es de madrugada y me he levantado a acurrucarme con Finn porque lo necesito muy cerca de mí ya que no podemos besarnos mientras dormimos. Me hubiera gustado ser sonámbula.

Amanece, pero por alguna extraña razón ya no me apetece besarle. Parece que a él a mí tampoco. Ambos nos ponemos de acuerdo silenciosamente para cambiar los besos por abrazos, caricias, tener las manos unidas y ser atentos el uno con el otro.

Feint [Fillie]Where stories live. Discover now