𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓭𝓲𝓮𝓬𝓲𝓼𝓮𝓲𝓼.

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—Taehyung, ¿Te llevo?.— pregunta Jihyuk.

El menor le sonríe tiernamente, aún así no tiene los ánimos suficientes como para ponerse a discutir. Así que solamente asiente e ingresa al auto, sin importar que esté empapado.


Los nudillos de Jungkook están tensos, su frente está estilando sudor y su remera blanca se ha vuelto transparente del calor que impregna su cuerpo. Está empapado y no es por la lluvia.

Jungkook está furioso.

La razón solo la conoce Taehyung, Jihyuk y Jungkook.  Y quizás unos extras mas.

—Deja de golpear ese saco, vas a lastimarte.— llama una voz femenina a sus espaldas.
 
No es necesario voltearse a verla, sabe quién es. Reconoce esa voz por sobre las demás.

Por orden Jungkook deja de golpear y respira pesadamente.

Jungkook está observando el saco, que ahora deja de ser café y contiene algunas manchas de sangre. Observa sus nudillos y efectivamente están sangrando.

El sonido de los tacones altos se escuchan acercándose a él, siendo abrazado por detrás por aquella esbelta figura femenina.

El no protesta por ello, solo suelta un suspiro.

—¿Estás tenso?.— susurra ella en su oído, descendiendo mientras delinea con la yema de sus dedos sus musculosos brazos.

Jungkook quiere decir que no, pero aquello es mentira. Su mente no ha estado en todos los sentidos esta semana y su humor había sido del asco al igual que su corazón.

Ámbar se deleita con el trabajado torso del pelinegro, maravillada por lo duro que es éste y sorprendiéndose porque Jungkook no la detiene.

Sin embargo, ella disfruta aquello.

Y con todo el descaro que alguien como ella puede tener, empieza a jugar suavemente con el lóbulo del chico. Lamiendo y mordisqueando de éste.

Mientras tanto, durante todo el camino, Taehyung no se digna a hablarle a Jihyuk.

Solo observa hacia el paisaje de la ventana mientras unas lágrimas silenciosas se deslizan por sus
mejillas.

Jihyuk está apretando el volante con tanta fuerza que sus nudillos se han tornado blancos.

Se siente idiota, estúpido e inmerecedor.

Cuando cruza hacia la derecha y estaciona frente a la casa del menor, ninguno de los dos se digna en hablar.

Jihyuk está viendo hacia el frente, a un punto fijo como si estuviese aturdido.

No encuentra las palabras exactas para decir al menor.

—Esto es mi culpa. —Es lo único que dice, y luego de unos segundos Taehyung rompe en llanto.

Pero eso no es lo peor.

Ámbar solo quiere hallar la forma de seducir a Jungkook.

—¿Qué te tiene tan preocupado, guapo?.— su voz es tan suave y sensual.

El pelinegro no parece oponerse ante su toque, ni siquiera cuando siente como su mano ingresa debajo de su camisa para tocar por completo su piel.

—Quizás no lo entiendas.— Por fin habla Jungkook, su voz es tan ronca que no se entiende el porqué. Pero de lo que él está seguro, es que el tacto de Ámbar no está causándole nada.

Ni siquiera las mínimas sensaciones que el tacto de Taehyung puede causar.

Taehyung.
Su maldito niño e inocente Taehyung.
Jungkook sonríe con sarcasmo.
¿Inocente?
¿Cómo pudo llegar a pensar eso alguna vez?

태국 Posesivo → Kooktae [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ]Where stories live. Discover now