태국 Posesivo → Kooktae [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ]

𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓼𝓮𝓲𝓼.

—No importa, a mí me gustabas así. Y me gustaba alejar al resto de ti. —Jungkook lo toma de la cadera y se acerca aún más, quedando sus cuerpos pegados y dejándolo totalmente acorralado. Se embriaga con el olor a frutas que desprende de su cabello, podría pasar oliéndolo todo el día porque siempre olía bien.

Desciende sus labios desde sus mejillas y va dando cortos besos hasta su cuello, y justo ahí empieza a brindarle besos suaves y lentos, delineando con su lengua la zona y luego volviéndolo a besar.

Entonces Taehyung envolvió sus dedos sobre su cabello y soltó un suspiro desde lo mas profundo de su garganta, disfrutando de aquella sensación que solo Jungkook le podía dar.

Mordió sus labios para evitar gemir y que el resto escuchara, entonces jaló el cabello de Jungkook y lo atrajo hacia él para poder besarlo.

Y si, Jungkook aceptó gustoso. Y al unir sus labios contra los delgados y rosados labios del menor, sintió la mejor sensación del mundo.
Definitivamente la delicadeza en la que Taehyung entreabría sus labios para besarlo le encantaba.

Al igual que al menor, que estaba encantado con la rudeza en la que Jungkook podía besarlo.

El menor apretó mas el agarre de su nunca y su cabello para profundizar aún mas el beso.

—¡Oh!— Se escuchó de pronto, haciendo separar de inmediato a los dos chicos. Jungkook retrocedió unos pasos, Taehyung lo había empujado y ahora estaba con sus mejillas sonrojadas de la pena. EunJi los miró divertida. —No quería interrumpir.

—Oh tranquila. —dijo Taehyung incorporándose y nerviosamente arreglando su cabello.

—Claro que nos interrumpiste, madre. — Taehyung le echó una mirada gruñona pero él sonrió divertido. — ¿Qué no te enseñaron a tocar la puerta?

—¡Jungkook!

—Oh no te preocupes, cariño. —contestó EunJi regalándole una sonrisa al pelirrojo. —Él es así de imprudente. —le hizo mala cara a su hijo pero después de un rato rió. —Jungkook, tu padre dice que si puedes bajar al sótano. Dice que quiere ver como estás avanzando en boxeo.

El rostro de Jungkook se iluminó. —Oh demonios, si.

Después de tomar el rostro de Taehyung y darle un casto beso, se retiró de la cocina y empezó a bajar las gradas del sótano.

EunJi miró al novio de su hijo, quien seguía apenado por haberlos pillado besándose.  Taehyung era demasiado tierno y Jungkook tan atrevido. Pensó ella. Invitó a Taehyung al patio trasero para que la ayudara con las flores del jardín y él asintió gustoso. Oh, le encantaban las flores.

Jungkook pudo ver a su padrastro, (quien lo veía como un padre), poniéndose en las manos un almohadón.

Joon le regaló una sonrisa.
—Que bien que viniste, hijo. —Oh por supuesto, Jungkook no se perdería una práctica de boxeo junto a su padre. Él le había enseñado como defenderse y sin duda esas eran mejores prácticas que ir a un gimnasio a hacerlas.

Jungkook empezó a ponerse unas gasas en sus manos, cubriendo sus nudillos. —Y bien, ¿qué tal está todo en Seúl? Apenas si tuvimos tiempo de hablar en la cena.

—Lo sé, mamá no dejaba de hablar sobre mi infancia. —bufó— Y respecto a Seúl, está todo bien.

—¿Vas bien en las clases de la universidad?

Jungkook gruñó. —Pff... Clases. — rió porque sabía ciertamente cuanto odiaba su hijo estudiar o siquiera abrir un libro.

Después de que Jungkook se puso los guantes de box, miró a su padre. —¿Listo para una golpiza?