Epílogo

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La nave había sido lanzada todos los controladores funcionaban al cien por ciento el tiempo estimado de llegada de la nave sería de unos cuarenta minutos mismo tiempo que al planeta le quedaba de vida.

La nave había llegado a su destino los movimientos erráticos de la tierra habían parado, la nave ya había entrado en modo automático para su acoplamiento dentro de la órbita terrestre.

El planeta recibió una última llamarada solar la cual provocó un terremoto de magnitudes inimaginables, el cual destruyó todo lo que había en ese planeta levantando el magma que había en el centro de Issus y el laboratorio de Zen estalló junto con todo lo que estaba en ese lugar.

Las capsulas ya habían empezado a ser lanzadas por el piloto automático de la nave el cual había sido bautizada como lunar, las capsulas fueron divididas en cuatro grupos de veinte y cuatro y veinte y cinco homúnculos cargados con mentes silurianas que fueron dirigidas a los cuatro hemisferios.

Los homúnculos cargados habían llegado a la tierra, pero la pérdida de la memoria fue más de la que se esperaba apenas sabían hacer algunas funciones básicas y construcciones rutinarias, habían olvidado su idioma así que se vieron forzados a fabricar uno nuevo con lo poco que recordaban y con lo poco que sus nuevos cuerpos les permitían hacer.

El planeta estaba habitado por criaturas enormes y maravillosas y una diversidad mucho más grande que la que tenía Issus.

La nube funciono tal y como se esperó y cada vez que uno nuevo nacía era cargado con un siluriano.

Aunque los recuerdos que tenían eran muy vagos y escasos los silurianos miraban al cielo por las noches y en el firmamento de estrellas podían identificar su planeta al cual le escribían poemas y canciones, por esta razón entre los humanos el planeta venus no tiene registro de haber sido descubierto ya que es algo que estaba en lo más profundo de sus mentes.

Mientras más nacían la esencia de los silurianos iba desapareciendo y los años de vida iban acortándose, al igual que sus memorias que se fueron reutilizando lo que hizo que algunos recordaran breves fragmentos de sus vidas pasadas, pero nada más allá de lo que habían vivido en la tierra.

Todo funcionó como debió de funcionar gracias al sacrificio de un pequeño robot de nombre Gag.

La historia silurianaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن