Capitulo 1: Se que no es el final

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Ver la lluvia caer durante el invierno ya era común para Wei Wuxian. Nunca pensó encontrar sosiego en las incesantes gotas que caían durante ese invierno en particular. La indetenible lluvia le recordaba incluso la ironía en sus palabras.

Aun recordaba las veces que pensaba en cómo alguien tan tranquilo y silencioso como Lan WangJi podía gustarle y divertirle tanto, añorando el tiempo que pasaba a su lado.

Pero no tenía caso aferrarse a los recuerdos, era algo que diría a cualquier persona con su experiencia, la misma que vio prolongada durante décadas, siglos que no llegó a contar, junto a su persona destinada. Juntos vieron la inevitable decadencia del mundo de la cultivación, la desaparición de las sectas, de las costumbres que con el tiempo se vieron obsoletas, siendo cambiadas por creencias más simples. El otrora Patriarca Yiling vio la melancolía en los ojos del Segundo Jade de Gusu la última vez que visitaron los antiguos aposentos de la Secta Gusu Lan, convertidos en ruinas abandonadas. Mucho tiempo atrás, con la partida de aquellos que conocían, decidieron dejar de buscar rastros de lo ahora inexistente.

Todos aquellos amigos, aliados y enemigos ya no se encontraban, pero no tuvieron tiempo de lidiar con la culpa de lo inevitable. Tan solo siguieron los rastros de SiZhui y de su descendencia, hasta que lentamente, los hijos de generaciones poco recordaban de aquellos gentiles extraños cuyas historias se perdieron entre fabulas que se convirtieron en leyenda. Fue allí donde comprendieron que no podían aferrarse a los recuerdos, ni a las personas. Ahora solo se tenían el uno al otro durante todo ese tiempo.

Maestro Wei, por favor cúbrase, podría resfriarse –Un joven monje se aproximó con un cobertor, notando lo que el mayor tenía en sus manos

Ya ni recuerdo cómo se siente un resfriado. No estaría mal experimentarlo –A pesar de que algunos mechones grises surcaban su larga cabellera y las arrugas enmarcaban su rostro, Wei Wuxian no perdía la sonrisa que, junto con su alma, regresó en otro cuerpo

No diga eso. Usted mismo dijo que su núcleo no resistiría tanto tiempo –El monje tenía una expresión similar en alguien a quien Wei Wuxian recordó con cariño

Resistirá lo que tiene que resistir –Wei Wuxian reía –Ahora que lo menciono, esas palabras las dijo un viejo amigo, tú me recuerdas mucho a él. Se llamaba Wen Ning. ¿Sabes? Cuando su cuerpo no resistió y murió de nuevo, tuve que encargarme de quemar su cuerpo tal como me pidió, y junto a Lan Zhan lo llevamos al lugar donde su hermana y el resto de su familia descansaban

Lamento que mi rostro le recordara eso –El monje tímido bajó su mirada

Deja de disculparte. Incluso en eso te pareces –Wei Wuxian palmeó la calva cabeza del chico – Admito que me gustaría pensar que Wen Ning regresó a la vida en ti, pero también creo que es muy aburrido. No puedes beber, no puedes hacer ruido. Te pierdes de mucho.

Maestro Wei, usted no parece del tipo que quisiera vivir en un Monasterio, perdón que se lo diga. Usted parece ser muy alegre y enérgico, pero pasa sus días encerrado mientras escribe manuscritos y cuando no lo hace, permanece aferrado a esa campana mientras observa la lluvia –El monje observó

Que desagradecido –Wei Ying protestó –Transmito los conocimientos sobre cultivación adquiridos en siglos, ¿Así es como me pagas?

–No no, por favor no malinterprete –El monje rápidamente reaccionó –Estamos agradecidos de que tanto usted como Hanguang Jun permanezcan en este Monasterio, pero sé que ha pasado por mucho desde hace algunos meses, desde que...

Una risa estalló en la estancia

Lo se muchacho, pero sé que no es el final, ¿Sabes? –Le mostró la campana con hilos purpuras –Esta campana estuvo conmigo durante años, luego Hanguang Jun la encontró por mí y decidí que la conservara. Con el pasar de los años dejamos nuestra energía espiritual en ella. Sabíamos que esto pasaría, no somos inmortales –Un deje de melancolía se escuchó en su voz –Esta campana conectará nuestras almas y en su debido tiempo nos encontraremos –Colocó la pieza de plata en la palma de la mano del monje –Te encargaré guardarla bien, para que mi reencarnación o la de Lan Zhan la encuentre. Más te vale no dejes que la entierren con mi cuerpo, o me encargaré de maldecirte a ti y a tu descendencia si decides tenerla –Guiñó un ojo, sin perder su sonrisa característica –Ahora devuélvemela de nuevo.

El monje reía ante las ocurrencias del anciano, entristeciendo por dentro al saber que al cabo de un tiempo el dejaría el plano terrenal, y esas ocurrencias que representaban luz en un lugar tan oscuro y silencioso desaparecerían.

Para Wei Wuxian, era parte de sus últimos planes en el mundo. Fiel a los deseos de Hanguang Jun, decidieron quedarse en aquel Monasterio a descansar. Desconocía si Lan Zhan sabía que sus últimos momentos de vida llegaban a su fin, pero Wei Wuxian permaneció a su lado, encontrando su calor y la última bocanada de aire, junto a un último beso compartido, al igual que un sueño compartido, por última vez

Aquella mañana Lan Zhan no despertó de su descanso. Una parte del alma de Wei Wuxian se había ido con él. Pero ahora, el antiguo fundador del cultivo demoniaco comprendía que aquello era inevitable. No debían cargar con culpas, tampoco con el peso innecesario. No terminaría con su vida para alcanzarlo.

-Ahora comprendo lo que Lan An sintió ante la partida de su amada, Lan Zhan –Susurró al dar un último vistazo al rostro de su amado antes de ser depositado en el lugar que sería su última morada –Pero no podré soportar 13 años, no soy como tu –Una sonrisa forzada apareció en su rostro –Ahora soy yo quien aguardará tu regreso –Se incorporó, alejándose del mausoleo, incapaz de ver como el ataúd se cerraba para siempre.

Seguir adelante era parte de su naturaleza, una parte forzada en él. Desde que escogió el camino demoniaco fue así. El peso por su perdida era distraído con trabajo que el mismo se impuso. Tal como en Yiling, pasó horas, e incluso días encerrado, escribiendo teorías, transmitiendo sus conocimientos en papel, incluso creando. Los niños huérfanos que eran cuidados en el Monasterio lo amaban, el creaba juguetes para ellos, les hacía reír. Los mayores le respetaban. A veces tanta paz le exasperaba, pero pronto encontraba algún pasatiempo en que recrearse. También escribió sobre el cultivo demoniaco, mas solo plasmó las bases. No deseaba que tras su partida hubiese alguien que aspirara a hacer uso indebido de la energía demoniaca.

Un año pasó tras la partida de Hanguang Jun, y otro invierno se acercó. Una mañana lluviosa y un coma etílico cerraron los ojos de Wei Wuxian para siempre. El joven monje, fiel a su encargo y con lágrimas en los ojos, tomó la campana atrapada en la mano inerte de Wei Wuxian y la guardó en un lugar, junto con oraciones de esperanza.

Es difícil comprender los designios a través del tiempo, pero el destino siempre tiene una manera misteriosa para obrar. Era lo que pensaba aquel universitario que analizaba aquella campana de plata intacta

Lan Zhan, mira esto, ¿Cómo es que tu padre es el rector de la Universidad y tú, que vives en la biblioteca desconocías que eso estaba aquí? Y se ve muy bonita. ¿La quieres? –Wei Ying reía, balanceando la antigüedad, ante los ojos de un joven que estaba bastante ofuscado

¡Basta! –El chico de ojos ámbar abalanzó de forma elegante su brazo, tomando un extremo de la campana, la cual resplandeció.

Ninguno de los dos esperaba la colisión de energías. Mutuamente percibían los latidos de sus corazones, permaneciendo en silencio. Miles de palabras, susurros y recuerdos se visualizaron para ambos, obligándoles a cerrar sus ojos, mientras sus labios impulsivamente se sellaban en un cálido beso.

Wei Ying

Lan-er Gege

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Perdón por hacerlo tan corto, tan angst y tan resumido. Espero les haya gustado y me dejen una limosnita de comentario positivo 

[ Wangxiang ]  I'm Yours AgainWhere stories live. Discover now