—Si tu lo dices.

Mi llamada no había sido otra que, para organizar un espectáculo especial, posterior a la cena de clanes. Una vez que todas las actividades terminaran. Allí anunciaría el nombre la futura gran señora del clan.

Thara

—Se te van a entrar las moscas.

Miré a Melissa, mi hermana mayor, mientras cerraba de golpe la boca. Tamborilee mis dedos sobre el mostrador de cristal y me dedique a mirarla.

—¿Qué? —dijo mientras apretaba con fuerza el libro que traía entre sus manos. La muy ñoña se había perdido el espectáculo de la tarde por estar sumergida en esas novelas. —Si sigues mirando así a ese pobre policía terminara por conseguir huesos transparentes.

—¿Crees que Liam quiera asistir a la ceremonia de clanes conmigo?

Mi hermana se quedó muy quieta mirando de reojo al atractivo policía que trabajaba fuera de nuestra tienda.

Melissa y yo éramos empleadas en el negocio familiar. Diez horas al día. Papá había visto con buenos ojos el que nos dedicáramos a vender las exclusivas joyas que la familia comercializaba hacia años.

—No lo sé, Thara. Creo que Liam es más de acción. Un activo, si sabes a lo que me refiero.

Fruncí mis labios mientras ponderaba en mi cabeza una infinidad de ideas para que Liam, el sexy policía, me hiciese caso.

—Pues con intentar nada pierdo.

Encerré en algún lugar muy oscuro de mi mente a esa tonta vocecilla que me decía que podría perder la dignidad y mi pobre corazoncito en el intento.

La campanilla, que nos alertaba de que un nuevo cliente había entrado a la tienda, comenzó a sonar. Una bonita muchacha pelirroja, y de sonrisa radiante se presentó ante nosotras.

Inmediatamente la reconocí como una más del grupo de presumidos alemanes que habían llegado hacia un par de días.

—Bienvenida a "Heaven gifts", ¿En qué podemos ayudarla?

Ella me dedicó una sonrisa amable y comenzó a explicarme el motivo de su visita; un par de gemelos exclusivos.

Durante cuarenta y cinco minutos Melissa y yo nos dedicamos a explicarle las combinaciones entre piedras y metales preciosos.

—Su novio estará muy feliz con ese presente —dijo mi hermana con actitud soñadora mientras colocaba en una fina caja de terciopelo un juego de joyas.

La joven encantada asintió y después de pagar, y dejarnos una jugosa propina, se despidió.

**

Respire profundo, varias bocanadas de aire, mientras miraba la decoración externa que tenia el castillo donde se realizaba la exclusiva cena con miembros del importante clan alemán. Mi hermana acomodaba disimuladamente el escote de su vestido mientras mi padre conversaba aburridamente con otro hombre.

Luego de un rato, fingiendo estar interesada en permanecer en el salón, me excuse con mi familia pidiendo permiso para ir al baño. Miré el fino reloj en mi muñeca y supe que estaba justo a tiempo. Mi teléfono celular fue escondido estratégicamente en la línea entre mis senos, sabia que mi padre me llamaría en cuanto notara mi desaparición. Y si todo marchaba viento en popa, esa noche no regresaría a casa.

Tomé la tela de mi vestido y corrí hacia el bosque que limitaba con el castillo.

Al llegar a un claro, me detuve y a duras penas me atusé el cabello. Respire profundo y jadee sintiendo mi aliento.

HIELO [en tu mirar]Where stories live. Discover now