Capítulo 6

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6|El sueño, la interpretación de tu propia realidad.

Mis pies se sentían pesados, o todo mi cuerpo en realidad.

La oscuridad vino a mi de nuevo y con ello la falta de oxígeno también. Me sentía débil, cansada, con poca energía que tan solo la utilizaba para poder sostenerme de pie.

Tenía mi brazo izquierdo entumido, lo sabía porque no lo sentía. Mi cuello adolorido, mi cabeza palpitando de dolor y añadiendole a todo ello un pequeño dolor en una de mis piernas. Aquel último dolor intencional, ya que había intentado pellizcarme para verificar que esto era o no real. Claro que despúes de dolerme no quedó duda de que sí estaba pasando.

Llevaba ya minutos caminando y mis dolores simplemente parecían incrementar junto con el camino parecía nunca acabar. Comencé a contar para distraer mi mente en algo.

Uno, dos, tres.

Mis pasos sonaban como las pisadas de una persona ebria. Arrastrados y sin soporte firme.

Cuatro, cinco, seis.

Sonaban tan fuertes retumbando el las paredes como las pisadas de un gran elefante.

Siete, ocho, nueve.

Sonaba espeluznante, pero la soledad y la oscuridad eran mis únicas acompañantes.

Díez...

La voz en mi cabeza cesó y mis pasos también. Quedé inmóvil. Toda yo me puse en alerta. Escuchaba pasos, pero no eran míos. Mis pies estaban quietos sobre la fría tierra, era imposible que el sonido lo provocara yo misma.

Un quejido de cansancio o quizás de dolor provino detrás mío sonando repetidas veces debido al vacío del lugar.

Me sobresalté y quise gritar pero no tenía fuerzas para hacerlo. El oxígeno era escaso para poder oxigenar todo mi cuerpo y reaccionar como debería de haberlo hecho. Quise correr pero tropecé en el intento. Caí en la tierra con mis manos amortiguando la caída.

Ya en el suelo giré mi vista hacia atrás esperando ver algo que era imposible detectar en medio de la oscuridad.

¿Están siguiendome?

¿Hay alguien más aquí?

¿Cómo carajos fue que terminé aquí?

Quería preguntar en voz alta pero no me atrevía a hacerlo.

Los sonidos de los pasos se volvieron torpes conforme más pasaba el tiempo, de un momento a otro el sonido cesó y cambió a uno de un fuerte azotón. Casi podía ver el polvo levantarse através de tanta oscuridad.

Mi corazón latía con fuerza, latía tan fuerte que sentía que saldría de mi cuerpo con tan solo un palpitar. Me levanté como pude y caminé de espaldas, solo para poder prevenir que algo se acercara a mi.

Y como la mala suerte que cargo en cualquier situación siempre está de mi lado, caminar hacia atrás no era la excepción. Tropecé callendo sobre mi trasero.

Cerré los ojos como efecto inmediato preparándome para el golpe de la caída, pero esta nunca llegó.

Salté de la cama rebotando ligeramente en el colchón el cual luego de ello me llevó al suelo dándome ahora sí un fuerte golpe en la cabeza.

Sobé mi cabeza en el lugar del golpe y abrí los ojos en repetidas ocasiones para orientarme. Cuando los objetos dejaron de ser tres y moverse hacia todas direcciones supe que estaba en la habitación de Alex y lo anterior había sido solo un sueño.

Alex [En proceso].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora