Hombrecitos verdes

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Como un suspiro, atravesando un portal que se desvanece de inmediato, aparece una pequeña nave espacial fuera de la órbita de Júpiter. Enciende una explosión y luego usa el campo de gravedad del gigante para incrementar su velocidad, como una pequeña pelota de plástico que es lanzada desde un carrusel. La nave pasa rauda a través del cinturón de asteroides y traza una ruta que se va modificando con pequeñas explosiones que impulsan la nave.

Shon Lowkets es un astrónomo aficionado desde hace mucho tiempo y ver la aparición de una nave espacial haciendo uso de maniobras en el espacio hace que su corazón esté a punto de estallar.

Por eso revisa entre sus holobuks, hojea las páginas holográficas desesperadamente. No puede ser posible. Las fotos que tomó no son tan precisas y es un objeto que tiene un tamaño de no más de seis metros, pero las explosiones son tan atípicas que le hacen dudar.

- A ver, esto hay que tomarlo con calma, - dijo - necesito otro par de ojos que me saque esta tontería de la cabeza.

Cerró los holobuks, inspiró profundamente, fue a la cocina, se sirvió un vaso con agua y finalmente dijo:

- Computadora, llamar a Tita.

Tita contestó a la sexta timbrada.

- ¿Shon? - la chica tenía todo su cabello lila ensortijado, desordenado y encima de su cara. Sus gruesos labios se movían pesadamente - Son las dos de la mañana. ¿Qué quieres?

- ¿Qué? ¿Así le contestas a tu salvador?

- ¡Oh Shon! Por una vez que tenías que arreglar mi telescopio no te hace mi salvador - Tita se pasó las manos por la cara, su piel era color siena - Ya dime, Caballo.

- Caballo.

- Ja, ja, ja, ¿Me llamas de madrugada sólo para querer pasarme tu apodo?

- No, escucha Chancha - Tita sonrió, y se ordenó el cabello dejando ver su estilizado cuello. - he detectado un meteoroide que ha despedido destellos, como de explosiones de tritio y deuterio. Han modificado su trayectoria. Mira los datos. ¡Computadora! Explorador de archivos.

Apareció una pantalla holográfica con varios íconos diferentes. Shon señaló hacia la pantalla y un pequeño cursor se movió hacia ella señalando un ícono en forma de cuadrado y con las letras "TXT" en medio. Encogió los dedos índice y pulgar como quien agarra una canica y movió el archivo hacia la pantalla donde estaba el holograma de Tita.

Tita revisó los datos. Leía y releía. Abrió un holobuk y hojeó un par de páginas. Shon cada dos minutos repetía: "Ya, ¿Y?" como un niño que está aburrido en un viaje de paseo y pregunta si ya llegaron al destino.

- ¿Me estás diciendo que has encontrado una nave espacial con hombrecitos verdes? - rio Tita.

- Pues sí. Y los estoy siguiendo. Aunque no asumamos nada de los hombrecitos. A lo mejor es una sonda.

- Ja, ja, ja, ja. A ver, muéstrame donde está - dijo Tita.

- Allá va. - dijo Shon cogiendo, desde lejos, un ícono de un cuadrado negro lleno de estrellas y enviándolo hacia la pantalla de Tita - Mira. Le he puesto un efecto resaltador.

- ¡Oh! Tienes un buen telescopio, acá dice que ese punto debe de tener seis metros de diámetro.

- Te llamé para mirar las estrellas - dijo Show sonriendo pícaramente -, no para que alabes mis cualidades sexuales.

- ¡Eres un caballo! Ja, ja, ja, ja - rio Tita. Luego cogió uno de sus holobuks, torció la boca y revisó las páginas con sus enormes ojos castaño oscuro, mientras decía:

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