Seis

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Estas cosas pasaron hace tanto tiempo que a veces me confundo un poco, creo que ya ni siquiera podría hablar de maldad ni de bondad, ni de buenos ni de malos, al contar no se si estoy hablando de mí o hablando del resto, tal vez yo soy todos, tal vez tengo una parte de todos dentro de mí.

Ser un hijo deseado es algo que te hace sentir especial, pero la gran mayoría de nosotros no lo hemos sido. No son cosas que tus padres hablen abiertamente contigo, pero te das cuenta, siempre te das cuenta.

Papá y mamá eran muy jóvenes cuando me tuvieron, se conocieron el primer año de la universidad, se pusieron de novios y al segundo año mamá se quedó embarazada, a penas se enteraron mis abuelos los obligaron a casarse. Supongo que esa no es una buena razón para permanecer juntos, pero es la mierda que nos tocó.

Se esforzaron mucho por terminar sus carreras y asegurarme una buena vida, era obvio que se querían, pero no podría asegurar que se amaran a pesar de que en las fotos más antiguas siempre lucían felices de la compañía mutua.

Yo valoro que me tuvieran y eso, aunque no sé si tanto.

Con una novia antigua nos pasó que tuvimos el susto yo me aterroricé de ser condenado a una vida como esa porque me agradaba su compañía, era cierto, pero no la amaba al punto de querer pasar el resto de mi vida con ella. Muchas veces tuve ese tipo de relaciones en las que estas con alguien no por amor si no por pasar el rato.

Se que mis viejos efectivamente hacían el amor porque a veces me despertaba asustado en la noche, iba a su cuarto y al tratar de abrir la puerta estaba cerrada con seguro, papá preguntaba qué sucedía, me decía que lo esperara y salía a medio vestir.

Él siempre fue más de piel que mamá, ella se había criado en otro ambiente y por tanto era más fría, no conmigo, conmigo era más cariñosa, pero con papá era un poco más distante, es una cosa extraña considerando que hacían el amor.

Tal vez la reciprocidad fue algo que sí pudo encontrar en Graham, mamá no le podía dar esa sensación de confort que tenía cuando se fundía en los brazos de aquel hombre que estaba mucho más hambriento de cariño, mucho más dispuesto a querer y dejarse querer.

Siempre que me que3daba en casa de ello la puerta de su habitación permanecía abierta, si yo me despertaba, iba, entraba y despertaba a papá, jamás encontré algo escandaloso, a lo máximo uno durmiendo abrazado de la espalda del otro o sobre su pecho.

Era duro para mí ver las miradas que se dedicaban, el enamoramiento casi adolescente que tenían, el tiempo eterno en que disfrutaban de la compañía mutua sin aburrirse.

A diferencia de mamá el no tenía la manía de separar sus cosas, podían compartir cabecera y no pasaba nada, en cambio mi mami solía ser muy cuidadosa de separar sus pertenencias, no bebía de su misma copa, por ejemplo.

Pienso que cuando amas, cuando eres tú quien da cariño, eres el más beneficiado, como cuando acaricias a un perrito, siempre eres tú el que se lo pasa mejor, el que encuentra mas consuelo disfrutando de su suavidad y calidez, que se acerquen a pedir que los acaricies siempre te hace sentir importante, es como esa vez en la que Graham entró con una manta entre sus brazos y observaba sonriendo lo que tenía entre sus brazos.

- ¿Qué llevas ahí? - le pregunté curioso.

- ¿De verdad quieres saber? - dijo mirándome con una expresión de suspicacia.

Yo asentí con la cabeza, él me miró con malicia, se puso de cuclillas y dejó el paquete en el suelo.

-¡Ataca!- gritó

Por fin pude ver a la bestia que se escondía dentro, era un tierno cachorrito mestizo que se movía torpemente y miraba los alrededores casi asustado, una sonrisa se dibujó en mi rostro y me acerqué a acariciarlo, el meneó su cola con rapidez, de pronto me pude dar cuenta que Graham también sonreía al verme, cambié mi expresión a una más seria y guardé distancia, él se dirigió al auto y trajo comida de perro un plato y una fuente para el agua, todo nuevo y lo puso en el patio.

Papá se molestó un poco con la sorpresa, él no es tan partidario de las mascotas.

- ¿De dónde lo has sacado?- preguntó aún con tono molesto.

-Iba caminado y lo encontré solito y herido. Lo llevé a la veterinaria para que lo curasen, y sentí que teníamos una conexión. -

Ahora que lo pienso la historia del perro era casi su misma historia, solo y herido antes de que el azar permitiera que lo encontrasen.

Cuánto me ayudo capitán costilla a sobrellevar un montón de cosas. Iba con él cuando tenía pena, no es como que yo sintiera que me entendía, pero los animales no se complican, ellos no te exigen nada excepto comida, agua y cariño, nunca piden explicaciones sobre cosas que no sabes como decir, no tienes que explicarles por qué estas decaído cuando no tienes ganas de hablar, aunque su humano favorito siempre fue Graham porque vivía mas con él que conmigo, pero era el único amigo en común que teníamos, él único punto de encuentro y el único tema de conversación si es que llegábamos a hablar.

Claro que al igual que Graham terminó ganándose a papá, aunque a diferencia del perro, el jamás podría ganarme a mí.

El padrastro.  GramonWhere stories live. Discover now