Tres

374 41 23
                                    


El tiempo pasaba, no estoy seguro de cuanto pasó, pero un día mamá me llevó a un edifico enorme con pilares en la entrada, allí me introdujo en una sala que parecía de kindergarten y me dejó a solas con una mujer que encendió una cámara y comenzó a hacer preguntas, anotando mis repuestas en un papel.

-Cuéntame, este hombre... Graham... ¿Alguna vez te ha tocado? –

- Sí. – respondí tajante, observé sus ojos abrirse con horror.

-¿Cuándo Fue eso?- consultó con cara de quien siente lástima-

-En mi cumpleaños. – respondí, ella puso su mano en mi hombro y me miro como compadeciéndome.

- Necesito que me cuentes como fue eso, necesito que seas lo más detallado posible, aunque si hay algo que no quieres contar, no es necesario que lo digas.

-Pues... me dijo feliz cumpleaños y me abrazó. – contesté con simpleza.

- ¿Y qué más pasó? –

-mmm... Me entregó mi obsequio mientras ponía una mano en mi hombro, justo como lo hace usted ahora, luego se fue a buscar una cerveza y se sentó a conversar con papá.

-Oh, ya veo.- dijo soltándome. – ¿ha habido otra ocasión en que te haya hecho sentir incómodo? – insistió.

- No sé. También me abrazó en año nuevo y estuvo mucho tiempo con papá, por si quiere saber. –

Luego de mi aclaración su semblante cambió a uno más relajado.

- ¿Qué hay de tu papi?, ¿quieres hablar de él?

- Hace tiempo que no lo veo, lo echo de menos.- dije para finalizar la frase llorando

-¿Quieres retomar el contacto con él?

- No. – contesté cortante, ella se rió.

- Decídete, ¿lo hechas de menos o no quieres verlo?

- Lo extraño, pero él es malo. – hablé a modo de secreto

- ¿Malo?, ¿a qué te refieres con eso?, ¿Te ha hecho algo malo?

- Me abandono para irse a vivir con el tío Graham, ya no me quiere, me quiere alejar de mamá y mamá dice que es aberrante y que el tío Graham es un viejo cochino.

- ¿Estás de acuerdo con lo que dice tu madre?

- Claro que sí.

- ¿Sabes qué significan todas esas cosas?

- Sí. – respondí muy seguro de mí mismo a pesar a pesar de no saber nada en absoluto, la verdad.

- Hablemos de tu madre, ¿algo que decir?

- Pues que me quiere mucho y me deja dormir con ella. No deje que papá me aleje de ella.

- Si tuvieres que elegir entre tu padre y tu madre con quien vas a vivir por el resto de tu vida, ¿a quién elijes?

- A mamá. –

Luego pasó un tiempo, mamá me arregló lo mejor que pudo y una mujer de servicios sociales me llevó a una casa, innegablemente era la de Graham, yo ya había estado allí. Pronto me comencé a inquietar.

- ¿para qué me trajo hasta aquí?

- Para que puedas ver a tu padre, él tiene muchos deseos de verte. - me respondió con una sonrisa amable. Sus palabras me trajeron alegría, quería abrazarlo, que me dijera por fin que toda era mentira, pero cuando por fin lo vi me sentí furioso, independiente de su sonrisa y de su expresión de abstinencia, del abrazo cálido que intentó darme, que efectivamente me dio pero que no duró lo que debía, me puse a llorar para que me soltara.

La señora intervino por él, entró conmigo a la casa cargando la maleta con mis cosas y eso me ayudó un montón, era viernes y debía prepararme mentalmente para estar todo un fin de semana con ellos y lejos de mamá.

Cuando divisé a Graham lo miré con odio y con asco ya que según mis pensamientos él había pervertido a mi padre separándolo de mí y de mamá, acabando con mi familia. Él lo notó y apartó la mirada para no joder.

Cuando la mujer se fue, me sirvieron la cena, era exactamente mi plato favorito, se veía muy rico, pero era obvio que papá no lo había cocinado, yo jamás le había visto cocinar algo en la vida, pero ante la duda, pregunté.

- ¿Quién lo hizo?

- Graham se ha esforzado cocinando para ti- aclaró papá. Esa simple oración fue suficiente para causarme una pataleta incontrolable.

Papá intentó de todo, pero yo no dejaba ni que me tocara y me tapaba las orejas cuando intentaba hablarme, Graham prudentemente guardó distancia y no intervino, yo lloré y grité que nadie me quería hasta que vino un vecino a preguntar que era lo que ocurría, cuando le escuché tocar, la curiosidad hizo que parara un poco y su amenaza de llamar a la policía logró que me calle por completo.

Mi Papi me habló mientras yo aún tenía el rostro rojo y estaba acalorado por la ira. – ¿Por qué te comportas así conmigo?, yo tenía muchas ganas de estar contigo, pero actúas como si me odiaras, ¿qué sucede?, dime. –

Por respuesta yo solo le levanté la mano, el la sujetó con fuerza y por fin hablé.

-Te odio, eres una mierda, un aberrante, una aberración, un maricón de mierda, me dejaste a mí y a mamá. Eres un degenerado. – Era como si un discurso que yo no acababa de entender del todo (el de mamá) se hubiera instalado en mí. No sabía muy bien de lo que estaba hablando, pero su expresión de profundo pesar aún me pesa en la conciencia.

No mencionó una palabra, me miró con los ojos aguados y por fin comenzó a llorar y retorcerse, solo podía emitir gemidos de dolor mientras se mantenía en posición fetal, a vecer solo repetía "¿por qué?" o "soy una mierda" en bucle.

Yo también lloré porque esa imagen me llenó de miedo e inseguridad, él incapaz de contenerme abandonó la sala como pudo, dejándome a solas con Graham quien para mi sorpresa no corrió tras él, sino que se mantuvo estoico en aquel sillón, yo corrí a él a proseguir con mi discurso de odio, con mi rosario de insultos varios, comencé diciéndole que era un pervertido, un depravado, el bajó del sillón, se puso a mi altura y recibió cada uno de los golpes que yo le daba, pero no acusó ninguno, solo me miró con esa expresión inmutable que siempre traía, siempre acomplejado, siempre triste, pero no hubo en su cara para mí respuesta.

Mis ataques no eran capaces de herirlo tanto, para mí, porque yo nunca lo quise tanto, por ende mi odio hacia él era moderado y porque el tampoco me quería al nivel en que como papá, sintiera el dolor de un amor no correspondido por mi persona.

La verdad es que sí me tenía cariño, pero estaba curtido de afrentas y esas cosas ya no le hacían daño.

El padrastro.  GramonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora