CAPITULO II

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Es sabida la discriminación y repudio que se tiene hacia estas personas, con razón o no, es debatible, pero buscar sus muertes es algo extremista por parte del imperio. La recuperación de Regino está en marcha, una base humilde que con cerrar los ojos desapareciera lo acoge, junto a él se encuentra su salvador, a gritos del vigía escondido entre los pastizales, todos se ponen en posiciones defensivas, unos por allá y otros que lo cubren, podría ser que él es el capitán de todos ellos pero en realidad es el segundo al mando, acercándose con temor uno dice:

- Señor Vivaldi las tropas están acercándose y son más de 15, ¡¿qué hacemos?!- un joven asustado y con poca experiencia fijándose en el como un héroe.

- Reyes usted detrás de mí, mande al grupo 1 por la izquierda, los de las colinas ya saben qué hacer, nosotros atacaremos por el frente protegiéndonos con las barricadas

- ¡No es posible!- interrumpió un tercero con la adrenalina a punto de estallar- su plan es muy peligroso, vienen a una velocidad extrema como si rompiesen una nube en el aire y nuestras boleadoras no servirán.

- ¡Hagan caso mierda!- a lo que luego miro a todos y exclamo- somos mejores que ellos, el que decaiga será ayudado, nuestros principios jamás serán aplastados y nuestra razón por luchar jamás será extinguida, el rey no podrá desbaratarnos, somos una idea, una filosofía, estamos en todos lados y aunque nosotros hoy día caigamos... ¡otros seguirán nuestra lucha!

La llegada de los enemigos era inminente, a paso veloz aproximaban como jinetes del apocalipsis, aquellos más atrás de los primero cargados con rifles, dispararon provocando la caída de unos pocos, heridos o muertos, los demás mantenían sus posiciones, sabían lo que hacían y no tenían miedo al dar su vidas, de la colina emergían cabezas como si fueran cactus el primer grupo con sus mosin-rank disparaban con una precisión certera y eficaz a los sujetos con escudos, al paso de un asesino entre las sombras descendían hacia tierra para poder ayudar a los demás, las barricadas yacían en frente de todos con la cabalgatas de la guardia, adentrándose en base, la masacre no se hizo de esperar, los enemigos abatían con ferocidad a los demás, a pesar de ser hábiles espadachines, el imperio tenía una mejor formación, los carabineros aterrizaban sin vida con la segunda ola de seguridad, la arena se teñía de bordo, Vivaldi, con su esfuerzo no podía hacer casi nada ante tales sujetos, lo superaban en números y demás capacidades, en frente de sus ojos morían sus compañeros, hombres libres sucumbían ante una filosofía marchita y ordinaria envuelta como salvación, una furia erupcionaba de su interior, dejo sus boleadoras y de los escombros producidos por los hechos, envainó una espada, como si hubiera sido un ronin del nuevo mundo, la guardia caía con el hierro oxidado, no basta aclarar que las heridas no se hicieran de él, su vestimenta era desgarrada ferozmente, viendo tal acto del gran hombre, los demás comenzaron a levantarse y hacer una contraofensiva, pero, pese a esto no podían aguantar más, Vivaldi con su vista viendo como un segundo escuadrón estaba a punto de llegar desde las lejanías dijo a sus hombres que se marchasen, nadie obedeció pero su insistencia era fuerte y todos marcharon cuando escucharon:

- Agarren sus caballos y lárguense, hare tiempo, busquen supervivientes y vayan hacia el cuartel, el capitán estará allí probablemente, corran por lo que más quieran, ¡busquen provisiones ya, no hay tiempo que perder! cada minuto cuenta, recuerden, seguir siendo libres...

Reyes petrificado por las declaraciones negó con su alma que Vivaldi muera deshonrosamente aquí, en un lugar llano aunque sus acciones eran para un bien mayor, rehusó las ordenes y lo desobedeció, decidió quedarse y morir con él, no podían creerlo y menos Vivaldi a lo que le grito

- ¡vete Reyes! Sal de aquí no quiero que mueras, tienes una vida por delante, si doy mi vida es para que sigas vivo, tienes un gran camino por delante y si puedo con este último deseo, te lo daré, vivirás quieras o no – lo señalo con el filo pero el otro dio una negativa profunda.

El sendero de VersallesWhere stories live. Discover now