Capítulo 8

89 5 1
                                    

Onur detuvo su auto en el puerto y bajó la ventanilla. Necesitaba desesperadamente un consejo, pero sabía que Kerem estaba raro esos días...

Habían hablado mil veces de mujeres, pero esta mujer era especial para Onur y él no estaba seguro de poder confiar en su amigo, no por nada en especial, sino porque los sentimientos que Sehrazat despertaba en él lo hacían sentir inseguro.

Se quedó mirando el mar un buen rato, tratando de pensar... de sacar conclusiones... el corazón le latía aprisa de sólo imaginarse a Sehrazat a su lado, sonriéndole como ella sonreía, mirándolo a los ojos, dejando que él le robara un beso...

Pensó en cual sería la mejor opción para ganarse la oportunidad de que ella le prestara atención... se dio cuenta de que ella le prestaba demasiada atención, pero que no lo dejaría avanzar demasiado, parecía no estar disponible, aunque sus ojos dijeran todo lo contrario cuando estaban cerca...

Se imaginó que el problema podría ser el trabajo, esa relación de jefe empleada que a ella le había molestado que él remarcara tanto... había sido un tonto al haberlo hecho... era su famosa armadura, la que usaba cuando las cosas se le complicaban emocionalmente... y con Sehrazat se sentía totalmente complicado...

Sacó el móvil de su bolsillo y buscó su número. Apretó los ojos, pensando urgentemente una excusa para llamarla.

-       Don Onur...- le contestó ella con voz apagada.

-       Sehrazat...- dijo él y cerró los ojos, concentrado en su voz.

-       Dígame...- dijo ella con poco ánimo para hablar.

-       Quería saber cómo estabas... me dijiste que tenías que visitar a un familiar internado...

-       Sí... así es... estoy aquí...- dijo ella.

-       Cuéntame...

-       Es una larga historia...

-       Tengo tiempo...

-       Don Onur... discúlpeme, le agradezco la llamada, pero no puedo hablar mucho...

-       Discúlpame tú... no quise molestarte...

-       No me molesta, por favor... es que... mañana le contaré... tengo que dejarlo... gracias por llamar...

-       Hasta mañana- dijo él con una sonrisa. Guardó el móvil y cerró los ojos. Se subió al auto con una sonrisa, había escuchado su voz...

Tenía que encontrar la forma de llegar hasta ella, hasta su corazón y no sabía como hacerlo. Quizá decirle directamente lo que sentía sería una buena idea, por el tipo de mujer que ella era, seguramente valoraría la sinceridad y era claro y obvio que entre ellos había mucho más que una relación laboral...

Decidió ir a su casa, dormir un poco, esperar a que el día siguiente le diera una nueva excusa para verla, para sondear su estado de ánimo, invitarla a cenar, sincerarse con ella...

Sehrazat llegó a su casa tarde esa noche, Kaan se quedó internado, ella había vuelto para ducharse y cambiarse de ropa, pasaría la noche en el hospital.

No pudo evitar llorar mientras el agua tibia la acariciaba su piel. ¿Qué haría ahora? ¿Cómo encontraría un donante a tiempo para salvar a su hijo? Todo eso era una locura y su mente apenas podía procesarlo.

Pensó en pedirle a Bennu que la cubriera en el trabajo al día siguiente, en hablar con don Onur y contarle lo que había sucedido, con la idea de que la ayudase con algunos de sus contactos a encontrar un donante. No, esa sería una locura, Bennu le había insistido en que no dijera nada de que tenía un hijo porque pondría en riesgo su trabajo, que tenía que conservar para poder costear el tratamiento, en caso de conseguir un donante...

El comienzoWhere stories live. Discover now