Extraño sentimiento.

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– Por favor... Que alguien me recuerde por que acepte esto –.

– Por qué me amas, Shino, ¿olvidaste tu confesión de ayer? Por desgracia no puedo corresponderte, alguien más a robado mi corazón –.

El menor resopló cansado de las estupideces de su amigo.

– En primera, te odio. Y en segunda, espero que ese "alguien" no sea mi padre, o voy a partírte el cráneo en dos..–.

Luke tragó con dificultad ante la amenaza del más pequeño, sabía que era capaz de hacerlo y no iba a arriesgarse...
No podía morir sin tener por lo menos una cita con el hermoso papá de su amigo.

– ¿Q-que dices? Creo que estás muy enfermo –. Rió nervioso ante la penetrante mirada del pelinegro.

– Ajá...–.

– Ya, no te enfades, ¡ya somos los cuartos en la fila!–.

– Voy a arrepentirme de esto –.

Mientras estaban en clase, a Luke le llegó la notificación de que la tienda de cómics del centro comercial estaba dando en remate el último tomó de su cómic favorito, obviamente no lo pensó dos veces, salió de su salón rumbo al del menor haciendo que este también saliera, pidiéndole que por favor le acompañara a por el, aunque eso significará básicamente escapar de la escuela.

Sorpresivamente, Shino acepto casi de inmediato.
Ambos lograron sacar su mochila de sus respectivas aulas con alguna boba excusa y burlando al guardia de la entrada saltaron por una de las paredes del edificio.

Y ahí estaban, formados esperando con ansias su turno, por qué aunque Shino no lo quisiera aceptar, también amaba ese cómic.

Para su desgracia, no eran los únicos que habían decidido ir al centro comercial.

[...]

– ¿Desde cuándo sabes de ofertas?–. Sonrió el castaño, mirando como el mayor se avergonzaba.

– Bueno.. también compro verduras ¿Sabes? Me gusta cocinar –. Mintió Aoi. Solo le había cocinado a Luke cuando esté era un bebé.. y cocinado entre comillas, por qué eran papillas de sobre.

Uruha rió causando que el corazón del moreno se removiera inquieto.

– Bien..–. Tomó una bolsa de plástico y se la entregó a Aoi.
– Entonces ayúdame a escoger el tomate mientras yo voy por fresas –.

El mayor tragó con dificultad, obviamente no sabía escoger los tomates y no quería quedar en ridículo frente a Uruha.

– Claro, escogeré los más bonitos para tí –. Guiñó uno de sus ojos coqueto.

De inmediato el castaño bajo la mirada sintiendo sus mejillas arder.

– U-uhm, gracias..–. Susurró para luego irse con algo de prisa al pasillo de las fresas, dejando al mayor ahí parado con una sonrisa de oreja a oreja.

Aoi sacudió la cabeza regresando a su realidad, definitivamente no iba a decepcionar al castaño.

Se acercó hacia donde estaban los tomates, analizandolos con cuidado, pero resoplando fastidiado al verlos todos iguales.

– Oh, vamos.. no puede ser tan difícil –.

Y como si de un milagro se tratara una señora mayor se posó junto a Aoi, comenzando a escoger y poner unos cuantos tomates en su bolsa.

Aoi arreglo su peinado mientras miraba a la mujer de reojo.
Era hora para que el moreno diera a relucir sus encantos.

– Disculpe..–. Hablo en tono suave llamando la atención de aquella bajita mujer.
– ¿Podría hacerme un favor?–.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2019 ⏰

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El ex de papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora