autism ― renmin.

6｡

― ¿Cuál corbata te parece qué combina más? ¿Esta o esta?

Su amigo puso frente a él dos prendas, en un intento fallido por llamar su atención y sacarlo del lío que eran sus pensamientos en aquel momento.

― ¿Debería preguntar qué te sucede? Aunque la respuesta es obvia, esa carita de enamorado habla por sí sola.

― ¿Cómo va a hablar sola una cara? No digas idioteces, Donghyuck.

Su mejor amigo parecía fastidiado, y Donghyuck quiso golpearse al percatarse de que sus palabras no fueron lo suficientemente literales para Renjun.

― Y no estoy enamorado de Jaemin.

Los ojos de Hyuck se abrieron como platos y una sonrisa divertida adornó su rostro.

― ¿Y quién dijo qué estabas enamorado de Jaemin?

― Tú. Y no lo dijiste, pero seguro lo pensaste.

― Veo que ahora puedes leer el futuro, chiquitín. ― Revolvió el cabello ajeno y río burlonamente.

― Claro que no, hoy estás muy ocurrente. ― Rodó sus ojos, incapaz de percibir la ironía en las palabras ajenas.

Donghyuck siguió revolviendo en el guardarropas, buscando algo decente para ponerse en la fiesta.

― Qué difícil es mi vida ― Suspiró. ― Nunca creí que elegir entre dos corbatas sería el mayor de mis problemas.

― Mi vida también es difícil, ¡más bien imposible! ― Se puso de pie, gesticulando con sus brazos. ― Tengo que decidir si ver un documental sobre la vida marina o uno sobre la contaminación espacial.

― Puedes ver ambos, la noche es joven.

Donghyuck le regaló una sonrisa mientras se colocaba una corbata verde que hacía juego con sus zapatos. Renjun sentía un poco de envidia al ver que su amigo tenía la libertad de hacer todo lo que quisiera, podía ir a fiestas cada noche y bailar hasta el cansancio.

Pero esta no era cualquier fiesta, era la fiesta de cumpleaños de Lee Jeno, el capitán del equipo de básquet, dueño de los suspiros de sus compañeras de clase y la peor pesadilla de Renjun. No quería que su amigo fuese a esa fiesta, rogaba con todas sus fuerzas que Hyuck se quedara junto a él, viendo alguna película de ciencia ficción mientras comían palomitas de maíz y charlaban hasta quedarse dormidos. Pero Donghyuck era un animal nocturno, el baile estaba en su sangre y las fiestas eran parte de su día a día, además toda la escuela estaría presente y su amigo no pensaba perderse eso. Le había comentado muy entusiasmado que iría Mark Lee, un chico de un grado superior que lo traía bastante loco, y no perdería la oportunidad de acercarse.

― Buenas noches, disfruta la fiesta y suerte con Mark. ― Renjun depositó un beso en la mejilla de su amigo, en señal de despedida.

Aquel beso trajo a Jaemin nuevamente a su mente, el momento en el que el pelirrosa besaba su mejilla bajo ese mismo cielo se hizo presente en el pensamiento de Renjun, alterando aún más sus sentidos.

― Buenas noches, pimpollito. No me pienso regresar a casa sin un beso de Mark Lee.

Le dedicó una última sonrisa y se despidió, perdiéndose entre las concurridas calles de la ciudad. Renjun esperaba que al menos su amigo pudiera pasar una linda noche y quizás encontrar, finalmente, al gran amor de su vida.

Se dispuso a prepararse un té de manzanilla con la intención de relajarse y olvidarse de aquellos densos pensamientos que lo atormentaban, al menos por un rato. El documental de la vida marina comenzaba a reproducirse en la pantalla de su laptop y con su té en mano, subió corriendo las escaleras, entusiasmado por verlo.