Capítulo 2: Aiden.

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Su mejor amigo, Oliver Chadburn, ya pasó por algo similar a lo que él pasa ahora. Él también perdió a su madre y a su hermano. Perder a la madre de su amigo también le dolió, esa mujer era muy buena con él, fue casi como una segunda madre, pero no sabía que perder a su verdadera madre le dolería tanto como le duele ahora.

Lo peor no fue dejar a sus amigos, de hecho, eso no parece importar, aun cuando estaban en medio de una misión de rescate.

Ver a su madre en una camilla, pálida, con los ojos cerrados, con nada de sangre en sus venas, atrapada en una habitación tan helada como el ambiente fuera de la morgue, es una imagen que no será fácil de olvidar. Su tía Dove estuvo siempre con él, pero eso no aligeró el dolor ni la preocupación, no es que ella no sea de ayuda, le agradece mucho las cosas que ha hecho para mantenerlo sin tantas cosas en su cabeza, pero es que nunca ha sido muy cercano a ella, de hecho, la presencia de Alma Evenson, la madre de la novia de su mejor amigo, lo tranquiliza más que la presencia de su propia tía.

Sinceramente, no recuerda mucho de lo que pasó una vez que llegó a Sanghills, sólo recuerda que no pudo dejar de llorar, y que los abrazos que recibió no fueron de ayuda.

Los recuerdos lo han invadido desde que le llegó la noticia de que su mamá fue asesinada. Recuerda cada uno de los momentos que pasaron juntos, no son muchos, ya que ella siempre trabajó para poder vivir bien, pero de vez en cuando ellos podían pasar momentos lindos. Había tantas cosas que querían hacer juntos, había tantos planes para ambos. Ahora todo quedó en nada, nunca podrán llevar a cabo los planes que tenían.

Él, en el fondo, sabía que mudarse a Sanghills era mala idea, no conocían a nadie y la mayoría de las amigas de su madre se habían mudado a otra parte de América, o eso es lo que le había dicho su madre cuando él le preguntaba sobre sus amigas de la infancia.

Apenas llegó a Sanghills se convirtió en el chico que quedó huérfano, todo el mundo comenzó a mirarlo de una manera extraña, como el pobre muchacho que enterraría a su madre.

Nunca conoció a su padre, sólo tiene una foto antigua que su madre le dio de mala gana para que conociera a su progenitor, era alto, de cabello corto, una nariz fina y ojos azules como el cielo. Lamentablemente, Aiden sacó los ojos azules de su padre, un recordatorio de que nunca logró convivir con él, y el cabello azabache. Nunca preguntó más allá sobre el asunto de su padre, su madre se ponía bastante incómoda y sus ojos lagrimeaban cuando preguntaba sobre eso. Prefirió quedarse con la incógnita de saber cómo murió, dónde y cuándo. Su madre nunca quiso dar más detalles, y Aiden temía que le diera un colapso mental si seguía hurgando en el pasado de su madre, un pasado del que se conocía muy poco. Quizás, muy en el fondo, sabía que su madre ocultaba algo, pero por respeto a su privacidad nunca investigó.

Cuando llegó a Sanghills, otra muchacha se mostró preocupada por él, no andaba de ánimos como para intentar ligársela, claro está, pero ella sí se mostró interesada en su bienestar, su nombre es Winter Summers, hija de una ex compañera de trabajo de su madre, una mujer llamada Alondra, si es que no recuerda mal. Cabellos claros y ojos profundos, llamaría la atención de cualquiera que la mirase, pero Aiden no tiene ganas de coquetear con nadie. Lo único que tiene en la cabeza es su madre, los papeleos con el cementerio y las funerarias, luego de todo eso, buscaría algo en qué distraer su atención para no darle vueltas al asunto...Quizás podría ir a buscar su auto a Mortown si es que su tía le permite quedarse un tiempo en su casa. Luego de eso, cuando ya comience a notar que se vuelve una carga para su tía Dove, tomará sus cosas y se irá de vuelta a Mortown, a vivir con Oliver, o quizás a vivir solo, buscará trabajo en el Midnight Talk, donde venden los mejores cafés de la zona, o quizás en las madererías que han invadido las fronteras del pueblo, y así viviría, quizás nunca entre a la universidad, quizás nunca deje el pueblo...Sólo pretende seguir existiendo como pueda. Esperando no sumergirse en una depresión silenciosa que le consuma la vida de a poco.

El Asesino de SanghillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora