Capítulo 16: Sheriff William Hardin.

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El día ha sido de todo menos tranquilo. Es increíble como un día se levanta, saluda su adorada esposa, y luego en la patrulla pasa a dejar su hija al instituto y luego se va a su trabajo en la estación de policía. Él no pidió ser Sheriff, nunca quiso ser Sheriff, pero las vueltas del destino le asignaron ese título, que no significa sólo ser una figura de autoridad, no significa imponer respeto en el pueblo y a todos sus habitantes, sino que debe mantener la seguridad de su gente, y de mantener intacta la confianza que todas las personas que habitan Sanghills han depositado en él. Hoy no se imagina ejerciendo otra profesión que no sea ser Sheriff del pueblo, aunque cuando joven esta profesión no lo llenaba y aspiraba a más, la sensación de recibir los agradecimientos de las personas con cada caso resuelto o por la ayuda que le brinda a las personas que piden por su mano lo llena más de lo que él piensa, hacen que su corazón salte de gozo, saber que hay niños que le han dicho que cuando grande quieren ser como él, es un regalo que alguien jamás podría darle, nunca se imaginó ser el ejemplo a seguir de alguien, menos de los niños de un pueblo.

Pero todo esto está yéndose lentamente al carajo. Y es todo por Aiden Haggard, él chico que ha llegado a revolucionar el pueblo y su seguridad.

No quiere culparlo, pero todo comenzó a salirse de control cuando arribó en el pueblo, y eso no es normal. Alrededor del joven sólo hay caos y muertes, y es lo que quiere alejar de su gente. Si el chico no se va del pueblo entonces habrá más muertes, más caos, y él no puede permitirlo.

De hecho, puede ver a Aiden en este momento. Está cruzando una sala, más específicamente las mesas de un café, el "Sunset Colors", pero ¿Cómo no va a sospechar de él si está hablando muy íntimamente con la periodista local? William sólo quería relajarse de su día tan agotador, hace unas cuantas horas tuvo que retirar un corazón humano enviado como paquete a la casa de Aiden Haggard, más específicamente la casa de la tía del joven, Dove SaintDuncan.

Saborea el café que crea una explosión amarga en su boca, que, aunque no es muy agradable al gusto, lo mantiene despierto y atento a cualquier otro atentado que pueda ocurrir al pueblo.

Se levanta de la mesa sin decir ni una sola palabra. Deja el periódico sobre la mesa y antes de salir por la puerta principal se vuelve ligeramente y le hace un ademán a Cory Dinamarca y a Marina Dinamarca, los dueños del "Sunset Colors". El frío lo abraza cuando sale del local y se siente un poco desabrigado, pero el frío pasa cuando se mete en su patrulla y se queda unos segundos viendo hacia el frente, a una calle casi vacía, la gente ya no sale hasta muy tarde, con el miedo de que quizás no puedan volver vivos a casa por el asesino que anda suelto en el pueblo.

Aprieta ligeramente sus manos en el volante del automóvil, prende el motor y se aventura calle abajo, esperando que la circulación de oficiales en la estación no sea tan alta como en la mañana, necesita un respiro, necesita silencio para pensar y revisar a los posibles sospechosos.

Casi le causa escalofríos la soledad de las avenidas y las calles que se expanden hacia adelante. La nieve que se amontona a los lados de las calles y las aceras ayudan a que el escenario se vuelva más lúgubre, casi sacado de una novela de Stephen King.

No demora mucho en llegar a la estación, frente a una gran plaza que en el verano se llena de turista por la feria artesanal que se crea, mayoritariamente se venden collares o cosas atractivas, algunas otras se dedican a tener pequeños juegos de azar o imitaciones de juegos de ferias de atracciones. Pero en invierno está vacío, los árboles están desnudos y la nieve cubre la mayor parte de lo que alguna vez fue césped verde.

Se baja de la patrulla luego de estacionarla en un lugar que tiene reservado exclusivamente para él. Para el Sheriff del pueblo.

Entra en la estación y puede ver a varios oficiales, trabajando en silencio, atendiendo el teléfono, algunos saliendo en sus patrullas para un recorrido nocturno para mantener la seguridad de los habitantes, o para atender a personas que creen estar corriendo peligro. No saluda a nadie, para estas alturas del día todos tienen un carácter de mierda y no desean ser molestados, así que se dejan tranquilos, no se entrometen en el trabajo de los demás y si van a hablar, lo hacen pensando muy bien lo que van a decir.

El Asesino de Sanghillsحيث تعيش القصص. اكتشف الآن