Quince

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Los suaves rayos del sol de la mañana golpeaban la mirada triste y perdida de Jeongyeon que observaba los alrededores cubrirse de una abrumada neblina.

Su mirada se encontraba casi en blanco y sin ninguna dirección demostrando cuan afectada estaba físicamente y también toda su esencia, aunque Jeongyeon había logrado por fin mejorar solo un poco más físicamente no había podido ser capaz de sonreír ni una sola vez... su primera noche consiente de su exterior había estado inundada de pesadillas o eso era lo creía ella porque en realidad eran parte de sus recuerdos que aún luchaban por aferrarse con todas sus fuerzas a ella.

-Niña, no deberías estar aquí y mucho menos sin cubrirte del frío. -Dijo la madre de Sana, colocando una cálida gabardina sobre los hombros de Jeongyeon.

Jeongyeon dirigió rápidamente su mirada a la mujer que se veía afligida por tener frente suyo a la niña que tanto había intentado cuidar pero que el destino y su enfermedad le habían arrebatado de su lado.

-¿Cómo has amanecido? -Pregunto la mujer tomando de la mano a Jeongyeon y llevándola consigo hacia dentro de la casa.

-¡Espere! -Jeongyeon detuvo su paso con la mirada de la mujer puesta en ella.

Los ojos de la joven mujer de cabellos cortos aún seguían tristes, siquiera la compañía de aquella mujer mayor los hacia cambiar.

-¿Cómo es que llegue a este estado? ¿por qué la señorita Sana no me quiere decir nada?
-¿Por qué usted parece conocerme pero sin embargo yo no puedo recordarla? ¿Por qué me siento vacía? ¿Qué es lo que tanto me hace falta? ¿Por qué sueño con alguien que siquiera en mis sueños puedo ver claramente y en mis recuerdos se vuelve una confusión? -A la vez que las palabras salían como lanzas de la boca de Jeongyeon... la más joven presionaba la mano de aquella señora, haciendo sentir a la mayor decepción por todo lo que ocultaba y no pudo evitar dejar una lagrima escapar, una lagrima que preocupo a la más joven.

-¿Por qué llora? ¿No soy yo la enferma? ¡Usted no debería llorar!

Pero por todo lo contrario la mujer se debilito aún más haciéndola irse y volver rápidamente.

-¡Ponte eso! -La mujer termino de acomodar la gabardina a Jeongyeon.
-¡Ven conmigo! -Dijo la mujer y Jeongyeon por momentos se asustó a ver a la señora intentar prácticamente escapar a toda velocidad de aquella casa.

Aquella mujer siquiera estaba en las facultades de manejar por si misma por lo que salir de la comunidad de viviendas donde solía descansar con su hija se hizo aún más difícil de lo que creyó.

-¿A dónde iremos? Creo que esto no está bien. ¿Por qué salimos sin avisar? ¡Aparte que está muy fría la mañana, usted podría enfermar!
Pero antes que la mujer mayor diera una respuesta ya estaban dentro de un taxi hacia una dirección que la más joven desconocía.

Jeongyeon miraba a todos lados queriendo encontrar respuesta de porque aquella mujer la había llevado a un cementerio y a pesar que el frío incrementaba a medida que se adentraban en aquel silencioso lugar la más joven no dejaba de seguir a lado de aquella señora... pero antes que Jeongyeon se diera cuenta la mujer ya se había detenido guardando aún más silencio mientras miraba fijamente el nombre y fecha de una tumba en especial, entonces por fin la mujer mayor recordó lo que su hija le había dicho: "Mamá guarda silencio un tiempo más, no es lo mejor para Jeongyeon contarle ya la verdad", pero aún la conciencia de la mujer mayor le gritaba con todas sus fuerzas que aquella chica no merecía más secretos.

Los ojos de la mujer volvieron a llenarse de lágrimas mientras dibujaba en su mente vagos recuerdos.

Flashback🔙

Love's KarmaWhere stories live. Discover now