Capítulo 9: "Alexander"

33.7K 4.6K 2.2K
                                    

Madrid. España:

Días después.

12:34 a.m

Alexander Petrovik:

Me encanta el otoño,el aire tiene un olor diferente,pulcro.

-¡¿Qué te parece?! -Inquiere Max furibundo.

Mi primo es algo exagerado. Lo único que veo es una cabeza.

-¿Que está muerto? -Pregunto alzando una ceja hacia Maximilian.

Éste está rojo por el cabreo, en contraste con su pelo rubio,parece un helado de fresa y vainilla.

Mm...vainilla.

-¿Enserio? No me digas,genio. -Gesticula con dramatismo. -Échale otro vistazo.

Me inclino un poco para admirar la cabeza ya muy hinchada y formo una mueca asqueado.

-Muy muerto. -Afirmo volviendo a erguirme.

Max se da una palmada en la frente y se sienta en una de las sillas de mi escritorio de caoba, dejando la extremidad sobre este.

-Creo que no hace falta nombrar a la culpable.

Sonrío llevándome el vaso de wiskey a los labios, inhalando el aromático olor.

-¡Era mi mejor hombre!

Frunzo el ceño y me siento en mi silla delante de los enormes ventanales. Desabrocho los primeros botones de mi camisa y aflojo la corbata.

-Tu lo has dicho. Era. -Exhalo.

Si este imbecil no compartiera mi linea de sangre lo mataría. No es que le tenga aprecio o algo de eso. Pero, que mierda...¿Por qué sigue respirando?

-¿Me estás escuchando? -Inquiere chasqueando los dedos delante de mi cara.

Se los capturo y los retuerzo hasta conseguir un quejido por su parte.

-Eso me molesta. -Digo soltándolo.

Max se sacude la mano dolorida y me mira con sarcasmo.

-¿Y qué más te molesta?

-Que respires. -Suelto con indiferencia.

Maximilian me fulmina con la mirada,pero de un manotazo tira la cabeza al suelo. La observo rodar sobre la alfombra asqueado.

-Bueno,dejando eso de lado. -Empieza,señalando al suelo. -La hemos encontrado ¿Estás feliz?

Chasqueo la lengua.

-Estoy...-Busco la palabra. -Sí,bueno. Digámoslo así.

-No lo pareces ¿No era lo que querías?¿Encontrarla?

Claro que es lo que quiero. Más de lo que nunca he deseado nada. Mi preciosa niña...

-¿Cómo quieres matarla? -Inquiere Max sonriente.

Le devuelvo la sonrisa. Antes de que pueda verlo le lanzo el vaso a la cabeza, que le empieza a sangrar tiñendo su pelo claro al contrario del mío de un tono rojizo.

-No le vas a tocar ni un pelo. Nadie lo va a hacer.

Maximilian abre los ojos de par en par incrédulo.

-¡¿Y ahora que te pasa?! ¡Esa puta se ha burlado de tí!

Esta bien. Hasta aquí llega la conversación. En cuanto me pongo en pie veo como el imbecil empieza a temlar.

Me acerco a él,y no se mueve ni un milímetro.

-Vuelve a insultarla, y... -Susurro en su oído las atrocidades que soy capaz de hacerle.

Maximilian traga en seco.

-Buen chico. -Sonrío palmeandole la cabeza. -Ahora haz lo que sabes hacer. Quiero verla.

Asiente,se levanta y se va tan rápido como se lo permiten las piernas. Cagado de miedo y con la cabeza abierta.

-Por cierto. -Lo detengo antes de que salga. -Te sienta bien,te da un aire refrescante. -Señalo su pelo.

En cuanto desaparece cerrando la puerta detrás de él suspiro.

Lo cierto es que estoy excitado. Me sirvo otra copa y vuelvo a sentarme en mi escritorio.

Sólo de pensar en ella siento palpitar mi erección. Mi chica.

Su pelo rubio,esos ojos marrones que se achinan cuando se ríe, sus labios demasiado carnosos y obradores de milagros que sólo mi miembro conoce...

-Con que Los Ángeles. -Pienso en voz alta con una mueca de suficiencia. -Hmm...chica lista.

N.A:

Bueno, éste capítulo es corto. Sólo quería que le echarais un vistazo a Alexander. El temible y todo poderoso Alexander.

¿Qué os parece?

Alerta Casian [Libro 1] YA A LA VENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora