LA ETERNIDAD LLEVA TU NOMBRE

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La eternidad lleva tu nombre

"No abraceis al amor, pues el amor en mi abrazo crecerá frío, se marchita y morirá" (la biblia de los vampiros)

Pov. Akira

¿Se lo diré? -el humo del cigarro que ahora se disolvía con prontitud entre mis dedos se perdía mezclándose con mi oxígeno.

Nunca había estado tan conflictuado en mis 300 jóvenes años de vida, y la verdad es que nunca en mi interminable eternidad donde ví nacer y morir reinos, gobiernos y luchas había deseado sincerarme con alguien sólo con él, sólo Takanori Matsumoto era mi debilidad, su sonrisa era como un dulce amanecer de primavera, sus orbes castaños eran un universo un misterio hermoso que deseaba desenmarañar, su cuerpo era una obra de arte parecida al canon de la belleza griega, sus labios eran como los cerezos en flor, en veces me temblaban las manos al verle dormir y con la latente tentación de sólo acariciarlos, debía tratarlo con un cuidado extremo.

El aroma de su sangre era como una droga que crispaba todo mi sistema nervioso, golpeaba a mis sentidos dejándolos adormecidos y el latido de su corazón me era la más bella y a la vez tortuosa melodía del mundo.

Es por ello que temo mi confesión decirle la verdad de lo que eh empezado a sentir, mis sentimientos están rebasando mis necesidades, mis sentimientos son devastadores y terribles por que ese hermoso mortal es la persona que amo y a la cuál no sé si confesarle mis terribles secretos, le temo más al primero que al segundo, el primero es que soy un vampiro una criatura antinatural y el que me rechaze seria normal pero el segundo que es el amor que siento hacia su persona y pensar que me rechazara me pone mal eso no podría tolerarlo.

Tomo asiento en el balcón de aquél hotel, en dónde ahora me hospedaba, mirando las estrellas, el espléndido manto celeste y las luces artificiales de la gran urbe de Tokio Japón a pies del imponente Fuji. Mi hogar desde que había encontrado a los cuatro valiosos seres humanos de mi no vida.

Sus nombres eran Tanabe Yutaka, Shiroyama Yuu, Takanori por supuesto y Takashima Kouyou, este último mi donador de sangre, el sabía mi secreto tenía mi absoluta confianza, ahora que lo pienso nos une un vínculo demasiado fuerte, la primera vez que pasó es decir que Takashima me ofreció beber de él, fue hace tiempo cuando él tenía 16 tiernos años, desde entonces compartí su adolescencia y teníamos más de una anécdota que contar.
Esa mañana teníamos reunión así que allí me dirigí.

-¿Hace frío verdad? -la voz rasposita de Taka destruyó el silencio de la aburrida espera en aquella sala de ensayo, cuyos tapetes azul turquesa daban un aire de elegancia y los sillones de estilo clásico acremados daban la sensación de comodidad hogareña. 

Mis orbes café lo examinaron entero, aquellas ropas que cubrían su fina contextura le lucian perfectas un suéter afelpado negro largo que daba hasta sus muslos, las mangas rebasaban la comodidad escondiendo esas manitas pequeñas rellenas de anillos y también los emblemáticos tatuajes que un buen día quería tomar el lujo de examinar a detalle, sus pantalones del mismo color entubados adornando esos torneados muslos, sus pies iban cubiertos de unas botas negras industriales con las cuales parecería que Taka no podría dar un paso pero que debido al costoso diseño que le permitían ser calientitas y cómodas.

-¿Estas oyendome Suzuki? -su esponjosa boquita se abulto en un puchero adorable, acompañado de su ceño que denotaban molestia.

-Perdon el frío me está congelando el cerebro jajaj. Necesito chocolate caliente

. Me puse de pie enseguida y fui hacía la máquina expendedora para comprar uno pero luego lo cambia por una lata mía que contenía mi vital líquido era un disfraz descarado y de igual hacía con lo demas, comía sí pero al rato lo vomitaba sin remedio.

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⏰ Last updated: Dec 22, 2023 ⏰

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