Duramos prácticamente el resto del día hablando de lo que me esperaba para el futuro, no se que es lo que ocasionó el cambio de pensamiento de mi papá pues el nunca creyó que yo pudiera estudiar en Yale como es mi sueño, pero ahora el me ayudaba a buscar las mejores alternativas para alcanzar esa meta, vimos la posibilidad de comenzar en una universidad más chica y cubrir los créditos necesarios, realizar los exámenes necesarios para calificar y un montón de cosas mas que en ese momento sonaban imposibles para mí, pero que para Arturo parecían la cosa más sencillas del mundo.

Por primera vez sentí que mi padre realmente creía en mi y no pensaba que yo era una niña mal criada y consentida que no sabe cuánto es dos más dos. Olvidé por completo el asunto del pasado y me concentré en ese futuro que parecía cada vez mas tangible.



---------------



Había pasado ya una semana desde la última vez que vi a la "Vecina" seguía sin aparecer, sin escabullirse a la casa, solía encontrarla leyendo en el viejo árbol o en el lago, ahora no me atrevía a regresar al lago y ella simplemente no daba señales de vida.

Esa tarde habíamos quedado Victoria y yo de pasar una tarde chicas, leeríamos revistas, nos pintaríamos las uñas y nos haríamos mascarillas de aguacate mientras escuchábamos a Madonna en la radio o al menos ese era el plan.

Esa noche la mamá de Vico había lograda sacar a mi papá de casa y habían ido a cenar, Vico se quedaría a dormir así que estábamos solas en esa enorme casa hasta que nuestros padres regresaran, pues el hotel seguía sin funcionar aún.

—mírate —dije a Vico mientras pintábamos nuestras uñas de los pies en el piso de mi habitación— esa Victoria no es la misma que conocí cuando llegué a este lugar.

—basta, lo mismo dice mi mama —se quejó.

—no me mal entiendas creo que es increíble, la Vico que era cuando llegué no sabias ni quien era Michael Jackson y ahora mírate, experta en música —comenté riéndome

—bueno, cuando tu novio es un musico, algo se te debe de pegar —alardeo

—Ricky es realmente un muchacho con suerte —comenté

—por cierto, Santiago nos comento que ustedes... terminaron —

—en realidad jamás tuvimos algo —dije un poco incomoda al recordar como terminaron las cosas la ultima vez que vi a Santiago en el hospital— ¿te dijo algo más?

—estaba enojado, pero no comento nada —dijo mi amiga dándome la sensación de que ella esperaba que le contara algo.

—Vico, tu y yo somos mejores amigas ¿correcto? —

—eres mi mejor y mi única amiga —respondió

—han estado pasando cosas Vico —hablé, algo me decía que hablar de lo que estaba pasando con Victoria me ayudaría un poco— cosas que no te he contado.

—de eso se tratan las pijamadas ¿no? De contarnos secretos —

—Vico, lo mío con Santiago no podía ser posible por una razón en específico —dije sin saber como explicarlo— solo que no quiero que las cosas cambien entre nosotras, solo por favor trata de no juzgar porque ni siquiera yo se que es lo que pasa.

—tranquila Dani, solo sácalo —

—creo que soy Gay —dije, Vico por un segundo abrió los ojos como platos evidentemente sorprendida.

Mil TormentasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora