Extraño su alma

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Colombia 1984

—Dani espera —él sujeto mi muñeca obligándome a dar la vuelta y antes de poder reaccionar sus labios estaban sobre los míos.

Por un momento no supe cómo reaccionar, me sorprendió completamente ser besada en ese momento, ¿en qué momento él quería algo conmigo?

Duré un par de segundos sin moverme solo sintiendo como sus labios trataban de jugar con los míos, hasta que decidí solo seguir ese beso y tal vez pudiera sentir algo por Santiago, sin embargo, nada. Durante todo el tiempo que duro ese beso solo puede pensar en que el sabía a cigarro y que quiera que eso parara.

—buenas noches —dijo el sonriendo al separarnos

—buenas noches —respondí con una tímida sonrisa, solamente me di la vuelta y entre al gran vestíbulo con una sensación extraña.

Subí las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible, me encontré a Ricky que en un susurro me dijo que había dejado a Vico en mi cama agradecí y me dirigí a mi habitación, donde una Victoria completamente ebria me esperaba, decidí primero lavar mi cara y ponerme mi pijama antes de encargarme de ella.

Tuve que desvestirla para ponerle algo más cómodo para dormir, desmaquillarla y asegurarme de que no me vomitaría encima entes de acostarme a su lado. Aparentemente mi cuerpo se había desecho de todo el alcohol pues sentía muchas cosas, pero no me sentía borracha.

Santiago me había besado y debo admitir él es divertido y atractivo, pero no me provoca absolutamente nada más, un pensamiento traicionero atravesó mi mente y una molesta voz en mi cabeza se hizo presente "Seguro no te molestaría tanto si hubiese sido su hermana quien te besa", tratando de deshacerme de esa voz intente cerrar los ojos y dormir.

El sonido de alguien haciendo arcadas me despertó al día siguiente por la mañana, el sol se filtraba por las ventanas y el balcón y aparentemente ya era muy tarde, vi el reloj de la mesa de noche marcaba las 12:35 p.m. pasaba del medio día.

—mierda —dije por lo bajo, si papá ya despertó seguramente ya se dio cuenta de que llegamos tarde y ebrias.

Después de bajar de la cama a regañadientes, me dirigí hasta el baño deseando no encontrar un completo desorden, para mi buena suerte solo me encontré con victoria tirada al lado de la taza del baño a la cual abrazaba como si su vida dependiera de ello.

—no seas exagerada no bebiste tanto —reclamé pasando a su lado.

—habla por ti, yo siento que un camión paso por encima de mi —se quejó estando aún más pálida de lo que ya es por naturaleza.

Tomé un poco de agua y unas pastillas entregándoselas para que hicieran algo por su dolor de cabeza, mientras abría el grifo de la regadera para que el agua estuviera mas templada.

—báñate primero te ayudara —aconsejé al salir del baño para regresar a mi habitación.

Justo al salir del baño me tope con Carla la mucama que caminaba por el pasillo, de pronto me dio un poco de pesar verla ya que por lo que yo sabia a ella le gustaba Santiago, solo me limité a sonreír tímidamente cuando ella me miró.

—que bueno que te veo —dijo antes de saludarme —Santiago esta al teléfono, quiere hablar contigo.

—a pues gracias —dije notando como la chica se emocionaba solo de hablar sobre él.

Ambas bajamos hasta la recepción donde estaba el teléfono, en uno de los pasillos nos detuvo un huésped pudiéndole a Carla que le ayudara a limpiar algo lo cual agradecí y así pude bajar yo sola a contestar el teléfono.

Mil TormentasWhere stories live. Discover now