Capitulo 19: Cautiva

8.7K 554 3
                                    

>>Antes>>

"Tenemos que encontrar la forma de entrar sin ser descubiertos y sacar a mi prima lo antes posible y sin arriesgarla, hay que recordar que Alaska está débil".-Me llevo varias miradas de reproche ante eso. Lo sé, esto es mi culpa.-"Bueno, lo que haremos es esto...-Sam comienza a explicar el plan pero me cuesta seguirlo, ya que el dolor es cada vez peor. Debemos darnos prisa, cada momento me desespero más. Tranquila Laska, iré por ti. Es una promesa.

>>Ahora<<

Narra Alaska Bale.

Un ruido sordo se instala en mis oídos, solo puedo ver a mis agresores reírse de mi estado.

-Por ultima vez, ¿quien eres?.-Pero yo no dije nada. El me miro con rabia, ya lo veo venir, tengo miedo, miedo de morir aquí. Pero antes que pudiera golpearme otra vez la puerta de abre de golpe, dejando ver a un hombre de cabello castaño y ojos verdes.


-¿Que esta sucediendo aquí?-Grita el hombre molesto.


-Alfa.-Ohh no, por favor, que no sea quien creo.-La encontramos en nuestras tierras, no ha dicho quien es aun.-El hombre se acerco a mi, me miraba fijamente, y en sus ojos pude ver un sentimiento extraño, como, si sintiera algo hacia mi.


-¿Lila?-¿¿Que??


-¿¿Como me llamaste??-Susurre apenas.


-Lila. Como es que...-Antes de continuar miro a sus hombres.-Fuera.-Estos se miraron sin entender.-QUE SE VAYAN!!.-Hasta yo me asuste. Por parte de los cobardes estos salieron de inmediato asustados.-Por dios, que te hicieron.-El toco mi mejilla suavemente.-Como...Como es que estas aquí.-Rompió la cadena y me tomo en sus brazos. Depositan dome con cuidado en un sofá que allí había. Yo estaba tan débil que apenas podía ver.


-Me...Me estas confundiendo. Mi, Mi nombre es Alaska Bale.-Su rostro cambio de inmediato.


-Eres la hija se Lila.-Yo asentí, ya que casi no podía hablar.-Donde...Esta ella.-Yo lo mire con los ojos entrecerrados. Como puede preguntarme eso.


-Muerta.-Solté.-Tu la mataste.-Escupí con odio.


-¿¿De que estas hablando??. ¿Muerta?


-Si, por tu culpa.


-Bueno, admito que, tal vez, la ultima vez que la vi se me paso la mano.


-¿Se te paso la mano?, ¿Es enserio?


-¿Como llegaste aquí?.-Me ignoro completamente.


-Por el bosque.


-¿Que hacías aquí?


-Nada que te importe.


-Pues fíjate que si me importa, porque llevo siguiéndote la pista por mas de 3 años, así que SI. Es mi problema.-Hablo fuerte aunque con cuidado.


-Estaba huyendo.


-¿Huyendo?, ¿De que?


-De unos vampiros que me perseguían.-Mentí, obviamente no le diría que huía de mi pareja, de mi familia y de la manada.


-¿Porque te perseguían?


-Querían matarme. Pero no se porque, supongo que por diversión.


-Entiendo.-Se quedo en silencio unos minutos mientras parecía estar pensando.


-¿Que vas a hacer conmigo?.-Pregunte con algo de miedo. Después de lo que sus matones me hicieron no se de que sera capas el. Este dejo de mirar a la nada y me miro a mi fijamente, luego de unos instantes serio, demasiado serio, mirándome. Sonrió, antes de poder decir algo Comenzó a carcajear. Cosa que me asustó.-¿Que es tan chistoso?

-Tu.-Yo no entendí.-Yo, esta situación.-Lo mire sin comprender.-Tranquila. Ya entenderás.-No dijo nada más, se acercó a mi y me tomo en brazos, apenas podía mantener mis ojos abiertos, pero me percaté que salíamos de la habitación asquerosa y me llevaba dentro de la gran mansión que había. Las personas que caminaban por el territorio nos miraban y murmuraban cosas.-Ignóralos.-Yo solo asentí, francamente no me importaba lo que pensaran. Deje caer mi cabeza en su hombro, pues mis fuerzas se iban.-Estás muy débil, ¿¿Porqué??.-Preguntó el, ¿¿Preocupado??. ¿Porqué?, Ni siquiera me conocía.-Responde.-Su voz me sacó de mis pensamientos, también me percaté que habíamos llegado a un cuarto, su cuarto. El me deposito con cuidado sobre la cama y se sentí frente a mi.-¿Que te pasó?, tus niveles de calor corporal sin peligrosamente bajos para una loba, y más en una con desendencia de alfa.

-Enferme.-Respondo con dificultad.

-¿Porqué?

-¿Enserio te importa?.-Contestó con odio.

-Claro que si.-Pero antes de seguir hablando mi estomago ruge y comienzo a parpadear, no he comido en dos días creo, no tengo idea de cuánto llevo aquí.-Estás muy débil, aguanta.-No dice mas y sale corriendo por la puerta. Pasan unos hasta que vuelve con comida. La coloca frente a mi y del tazón grande extiende una cuchara frente a mi.-Come.-Aunque yo niego.-Come, estás débil, y al paso que vas morirás. Así que come o te haré comer.-Tiene razón, lamentablemente, por lo que, con las pocas fuerzas que tengo abrí la boca y comienzo a comer, es una sopa con fideos y verduras. Esta deliciosa. Tras unos minutos y con algo de dificultad logró terminar. Tras esto el deja el tazón en la bandeja y toma la taza de color negro, sopla un poco y la acerca a mi, está tiene una pajilla para ayudarme a beber.-Ten, es leche.-Sin esperar mucho me la bebo tan rápido como puedo, de inmediato siento un pequeño calor recorrer mi interior, se siente genial.-¿Mejor?.-Yo asiento.-Maravilloso, ahora podrás decirme porque estás así.

-Antes respóndeme algo.

-¿Que cosa?

-¿Que piensas hacer conmigo?

No eres lo que creí -Paul Lahote-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora