Parte 24: Enamorada

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Era domingo: Eris estaba en su cama acostada escuchando por quien sabe cuánta vez la canción de Flume, había estado más taciturna que las chicas que describe Pablo Neruda en sus poemas. Luna dejó un mensaje de texto en su celular hace como 30 minutos acerca de que iba a llegar para el almuerzo, mensaje que Eris no revisó. Cuando la puerta se abrió, Eris no dio un vistazo, sabía que nadie más entraba a su cuarto de ese modo.

-Yo prometí, tu prometiste y cumpliste, yo cumplo. - lo que Luna dijo en su lenguaje de lo que sea que era ese lenguaje es que había prometido dar un libro a Eris si prometía ir al baile, Eris cumplió su promesa y ella pues cumpliría su parte entregando el libro. - ¿Hola?

-Joder, estoy jodida. - se quejó Eris.

-¿Y ahora que te traes? - preguntó Luna con su característico carisma.

-No lo sé, bueno, si lo sé pero no sé.

-Supongo que entendí pero no entendí- y dicho esto Luna empezó a reír. - ¿Es sobre el chico con el que estabas en el techo?

-No sé de qué hablas - mintió Eris.

-Yo si sé de qué hablo, te vi anoche desde el estacionamiento con alguien, es una pena que no pude distinguir quien era, apenas te reconocí por el cabello ¿o me vas a decir que hay otra chica que lleve el cabello tan largo en la secundaria? Por cierto ¿a qué se debe?

-Fue una tonta promesa que hice de niña de dejarlo crecer como mamá. Ella siempre amó el cabello largo para trenzarlo y yo pues... Quería ser como ella. - respondió Eris en tono melancólico.

-Wao... - Luna no gustaba hablar de esas cosas, pensaba que a Eris no le hacía bien hablar de ello porque a pesar de alegar que el tema estaba superado, un rayo de tristeza siempre cruzaba por su voz aunque trataba de acultarlo finjiendo desinterés, así que cuando preguntaba algo respecto al asunto familiar o de su pasado a causa de su temperamento impulsivo, solía cambiar de tema cuanto antes. - Entonces Jack...

-No, por favor... Qué el único Jack que me interesa que menciones es a Sparrow de Piratas del Caribe. - intervino Eris con una ligera risita.

-Vamos, el preguntó por ti. Nos contó lo que le hiciste. Estás loca, tía. Se supone que es normal que te quieran besar, estás jodidamente buena.

-Pues aparentemente no lo es porque el chico que quiero que me bese no deja de verme como una niña inmadura. - murmuró Eris de mala gana.

-¿A qué te refieres? Ahhhhhh, ya le tiraste el ojito a alguien ¿Quién es? No seas mala, dime.

-Te diré cuando cumpla 18. - Eris se cubrió el rostro con la almohada.

-Qué mala eres - Luna hizo un puchero.

*...............*...............*...............*................*

Pasaban los días bien normales en la secundaria. Eris era menos invisible. Los chicos le hacían cumplidos cuando la veían pasar y Belinda estaba cada vez más cerca de estallar de celos. Por cierto, se había enfermado y no había podido asistir al baile pero casi le da un infarto al ver las fotos que le sacaron a Eris junto a Jack. Belinda estaba enamorada de ese chico desde la primaria ¿Cómo era posible que esa machorra haya hecho que este se le acerque?
A Eris le daba igual su popularidad después del baile, la única atención que necesitaba le estaba siendo negada. Bruce había pasado la semana distante y pensativo. Eris quería morirse. Se odiaba por haber arruinado el momento con sus tontas confesiones de niña boba, ahora perdió la amistad o lo que sea que tenía con Bruce. Estaba enojada con él por ser... Por ser él. Estaba enojada por haber hecho que ella se enamore de aquella forma estúpida. Esa semana fue muy dura para ella, perder de un momento a otro a una persona que siempre estuvo allí para regañarla... Bueno, ustedes entienden. Eris lo extrañaba y empezó a estar melancólica. Luna estaba preocupada por el extraño ataque de melancolía de Eris, sabía de sus intentos pasados de suicidio y por nada en el mundo Eris quería hablar de lo que pasaba. Luna le fastidió durante días sin resultados, pero no se iba a rendir. De algún modo desconocido empezó a buscar la manera de abrir el casillero de Eris con la esperanza de hallar notas suicidas u otro indicio de qué le pasaba. Halló el casillero normal, rebuscó hasta hallar unas notas las cuales empezó a leer sin titubear.

"Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
(...)
Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría."

PABLO NERUDA

“Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido”.(Mario Benedetti).

-Eris está enamorada-murmuró Luna.

Señor Bruce [Terminada] जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें