Parte 4: Maldición

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Habían voces ebrias gritando tonterías. Risas, murmullos... Miró la hora, apenas eran las... 5:06AM... Su madre adoptiva llegó con su nuevo novio, novio al cual Eris le tenía muy poca confianza. Solo sabía que su nombre era Erick y que posiblemente no era una buena persona, ya que estaba saliendo con alguien como su Carmen, así se llamaba la peor desgracia de Eris. En varias ocasiones habían llegado en la madrugada con mucho escándalo, como esa misma madrugada, por ejemplo, eran las 4:12am cuando entraron a casa y desde entonces Eris no había conciliado el sueño. Cubrió su cabeza con la almohada pero el escándalo seguia igual.

-No, Erick, no te vayas, quédate - Era la voz ridícula de la mujer ebria y luego le respondía la voz del supuesto Erick. Mas risas, mas desorden, ¡qué infierno!

-Debo estar maldita-Grunó la joven. Salió de la cama para tomar una ducha fría, eso podría disipar un poco su incomodidad. Al salir de la ducha alguien tocó su puerta:

-Hey, zorrita, ven a prepararnos algo de comer.-Era su madre adoptiva.

El rostro de Eris estaba rojo de ira, mas guardó silencio para que piensen que aún estaba dormida. Se vistió sigilosamente y en la completa oscuridad para no llamar la atención. Si estaban ebrios podría incluso resultar peligroso para ella salir de su habitación. Plan B: Irse al parque por la ventana hasta que sea completamente de día. Su cuarto estaba en un segundo piso, algunas ramas llegaban cerca de su ventana. Más de una vez había escapado sin que nadie lo notara. Se colocó su gorro y abrigo. La puerta empezó a sacudirse:

-Abre, malcriada.-Gritaba Carmen en la puerta- Erick, ve por una llave de reserva que esta en ese closet del pasillo.

Eso fue lo último que escuchó la joven que escapaba, ya que de forma ágil bajó por las ramas y corrió por la calle hasta no escuchar ni ver nada sobre esa casa maldita.

Miró su reloj bajo una de las lámparas de la calle. 5:35am, todo desierto y nublado, haciendo aquella madrugada aún más oscura. Eris empezó a caminar por la solitaria calle, rumbo al parque. No había absolutamente nadie, digo, ¿Quién madruga un domingo sin necesidad? Tenía frío, mucho frío. Metió sus manos en los bolsillos. Sus largas trenzas sobresalian de su gorro.

Habían dos hombres fumando al otro lado de la calle. Pudo identificar por el olor que se trataba de una sustancia... para que rodeos, era marihuana.

-¡Hey!- exclamó uno- Mira, no más . ¿Buscas diversión, nena?- Eris los ignoró mientras trataba de caminar mas rápido. Ellos comenzaron a seguirla. Eso no pintaba nada bien, así que no iba a esperar a averiguar si deseaban preguntar por su nombre, amablemente invitarle un café o violarla. Empezó a correr y ellos de igual modo apresuraron el paso. ¿A dónde podría correr? Al parque, con suerte podría esconderse con facilidad en alguna parte. Uno de los hombres le ordenó :

-Ve por el otro lado, la acorralaremos.

El corazón de Eris quería salir por su garganta pero siquiera podía notarlo. Necesitaba escapar. El parque era enorme y con muchas plantas. Había un pequeño lago a su derecha, lago que dividía, por decirlo así, al parque en dos partes. El agua debía estar muy fría pero era una opción muy aceptable, así que no lo penso mucho. Una mano fuerte y violenta le agarró por el abrigo.

-Te tengo.

Eris le pateo en la entrepirna sacando un grito de dolor de aquel sujeto maloliente y escapó dejándole el abrigo en manos. Entró al lago, el agua le llegaba hasta las rodillas, empezó a sentir temor ya que no sabía nadar. Se ocultó bajo del puente en silencio y escaló con agilidad por los soportes de madera, una ve, arriba del puente se escabulló hasta llegar al otro lado. Miró a su alrededor, pensó estar a salvo cuando una mano le agarró con violencia, era el otro sujeto. Eris gritó y pataleó con todas sus fuerzas. Intentó lanzarse al agua pero aquel sujeto era fuerte. Ambos cayeron al agua, la arrastró hacia la orilla sosteniéndola por sus largas trenzas rojizas.

Señor Bruce [Terminada] Where stories live. Discover now