Capitulo 4

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Las semanas fueron pasando. Jason estaba empezando a integrarse en el equipo. Seguía discutiendo a menudo con Dick pero ahora parecía tratarse más de una especie de rivalidad fraternal, que no porque no se llevasen bien. Y ya volvía a acompañarlos en las misiones y patrullas. Incluso había convencido a Dick de que permitiese que Rachel y Garfield fuesen con ellos porque estaban progresando mucho en los entrenamientos.

Bueno en realidad lo que había dicho era que Rachel estaba mejorando mucho, y Garfield hacía lo que podía. Rachel lo había escuchado a escondidas, sin que ninguno de los dos la viese, y se había sonrojado, halagada de saber que Jason tenía tan buena opinión de ella.

Lo cierto era que ambos habían empezado a pasar cada vez más tiempo juntos.

Aparte de las sesiones de entrenamiento, solían ser siempre de los primeros en despertarse de modo que se tomaban una taza de café y hablaban a solas hasta que no llegase alguien más. Y, pese a que el primer día le dijo que no contase con ello, Jason la acompañaba de vez en cuando en sus sesiones de meditación. Él afirmaba que lo hacia para aprender a dominar su ira, pero claramente se le daba fatal, y Rachel sospechaba que en realidad lo que quería era pasar algo más de tiempo con ella. Esa idea le provocaba una sensación de hormigueo en todo su cuerpo, pero no le gustaba pensar demasiado en ello porque no quería darse falsas esperanzas.

Con el paso de los días, y luego de las semanas, Rachel había empezado a disfrutar cada vez más de la compañía de Jason. Se habían estado conociendo, contándose anécdotas el uno al otro y Rachel podía notar como poco a poco sus sentimientos por él estaban empezando a cambiar. No quería poner nombre a lo que sentía, pero sospechaba que estaba teniendo una especie de flechazo adolescente con el segundo Robin. Por supuesto no había hablado con Jason sobre eso, primero porque nunca se había encontrado en esa situación y no tenía ni idea de como proceder (¿como se supone que iba a decirle a un chico que le gustaba, si hasta los quince años ni siquiera había sido capaz de tener un solo amigo?) y segundo porque sospechaba que él solo la veía como una especie de hermana pequeña y no quería que las cosas entre ellos se volviesen incomodas.

La vida, sin embargo tiene una forma muy curiosa de empujar las cosas en la dirección que le da la gana, como Rachel descubriría muy pronto.

Estaba siendo un día tranquilo, la policía no les había llamado ni una sola vez y solo Hank y Garth habían salido a hacer una patrulla rutinaria para asegurarse de que todo iba bien, cuando Dick les informó que Jason dejaba el equipo, para regresar a Gotham.

Jason y Dick siguieron hablando, pero Rachel no les escuchaba a ninguno de los dos.

Se sentía dolida, enfadada y, lo peor de todo, traicionada.

Si bien no tenía muchas esperanzas de que Jason la pudiese ver de la misma forma en que ella lo veía a él, pensaba que al menos la consideraba su amiga, pero al parecer no tenía reparos en volver a salir de su vida.

Encima él parecía estar evitando su mirada a posta, lo cual solo la enfurecía aún más. Como no quería que los demás viesen cuanto la había afectado la noticia, mantuvo un rostro neutro y esperó un rato antes de desearle a Jason un buen viaje de regreso, e irse a su habitación.

Cerró la puerta detrás de ella e intentó calmar sus emociones, antes de que rompiese algo.

En el fondo sabía que estaba siendo irracional. Siempre había sabido que la estancia de Jason con ellos era solo temporal. Tarde o temprano iba a regresar a Gotham, con Batman, pero se había acostumbrado tanto a tenerle en su día a día que ahora le resultaba muy difícil hacerse a la idea de que no lo volvería a ver. Y el motivo por el que estaba más enfadada era porque solo faltaban cuatro días para su cumpleaños. Podía parecer estúpido e infantil, estar molesta por eso pero realmente le había hecho ilusión pasar ese día con Jason.

Bajo la capucha negraWhere stories live. Discover now