Capítulo 9: Parto...

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Al oír el llano te Ainara, Mónica corrió a  la habitación, dejando atrás a su marido, deseosa de ver a la pequeña, escuchó un llanto agudo y otro más grave, seguro que era Brenda la que sollozaba…

La visión de la habitación la dejó con lágrimas en los ojos. Un médico y dos matronas estaban a los pies de la camilla, limpiando los restos del líquido amniótico y la sangre derramada. Las matronas miraban embelesadas al pequeño bulto que Brenda mantenía entre sus brazos, envuelta, en una mantita rosa, Mónica tenía miedo de acercarse, un bebé… a saber que sexo tenía su primer hijo…

Tony alzó la vista, miró a Mónica con una sonrisa radiante, le hizo un gesto con la mano para que se acercase y esta, algo temerosa, dio un paso al frente. Dan apareció por detrás de ella, rodeándola con un brazo y caminando hacia el bebé.

Los ojos de Mónica brillaron de la emoción, era una niña preciosa, rubia y de unos ojos verdes hermosos, había dejado de llorar, miraba atenta hacia sus padres y comenzó a balbucear, era tan bonita, tan graciosa, tan dulce…

Mónica acercó su mano hacia la mejilla de la pequeña que la penetraba con sus profundos ojos verdes, le acarició la mejilla, su piel estaba tibia, suave y tersa. Parecía una muñequita de porcelana que en cualquier momento se puede romper. Mónica miró orgullosa a su mejor amiga y ambas cruzaron miradas, tal vez sólo fue una impresión, pero Brenda parecía más madura cuándo miraba a su pequeña hijita. La mano de Mónica que aún estaba cerca de la bebé, sintió un contacto que supuso un mareo brutal para Mónica, la niña miraba a su “tía” mientras le agarraba un dedo con su péquela manita. Los ojos de Mónica perdieron brillo y cayó hacia atrás perdiendo el conocimiento por completo…

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Dan miró horrorizado cómo su mujer caía hacia atrás sobre la cama de Brenda, corrió hacia ella y la cargó en sus brazos, el médico de la habitación se dirigió con urgencia a preparar una habitación para el parto, ya que numerosas contracciones estaban sacudiendo el cuerpo de una Mónica completamente desmayada…

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¿Dónde estoy?-se preguntó Mónica al abrir los ojos en un lugar completamente blanco… ¡Espera! Blanco no… un color azul verdoso la cegó unos instantes, apretó fuertemente los ojos por el dolor que le causaba tanta luz. Escuchó el sonido sordo de las olas romper contra las rocas cercanas, por instinto, se llevó las manos a su vientre, nada, vacío. Abrió los ojos desesperada por ver su preciado vientre con sus dos pequeñines pero no había nada más que un camisón de playa que caía sin ningún tipo de dificultad, debido a su plano vientre, levantó el camisón blanco y vi una cuantiosa cantidad de sangre rodar por sus piernas.

-¡NOO!-gritó completamente fuera de sí. Calló sobre la arena, desangrándose, poco a poco, ya no sentía nada dentro de ella, se sentía vacía, sola, triste…

Escuchó un llanto que le removió el alma, se levantó de la arena, ya no había ni rastro de la sangre, en su lugar, había una pequeña cicatriz en la parte de debajo de su vientre. Se acercó poco a poco a una cesta de la que procedía el llanto, vio una niña hermosa, de unos ojos grandes y azules y su pelo, era castaño claro,  se notaban poco pero tenía unas ligeras ondulaciones que la hacían parecer más bonita. Mónica acercó sus brazos para coger a la niña, pero no pudo, la cesta se alejaba cada vez más de ella sin poder evitarlo, hasta que llegó hasta una mujer a la cual no le veía la cara, su pelo era castaño con reflejos pelirrojos pero la cara estaba completamente difuminada. La extraña mujer cogió la cesta y se alejó con la bebé…

¿Dónde Está Mi Hija? (Subida de capítulos irregular)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora