Capítulo 11: Agonía

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Mónica entró a la habitación de Naty y Bruno; el cual ahora tiene la cuna en la habitación de sus padres. Miró todo a su alrededor y se echó las manos a la cabeza. Estaba destrozada, el color rosa se mostraba en la mitad de la habitación, ponía su nombre en un cuadro pegada en la pared.

Se acercó al cuadro  lentamente y lo descolgó con manos temblorosas y se arrodilló en el suelo mientras millones de lágrimas salían de sus ojos.

-Naty…- apretó el cuadro contra su pecho y lo apretó con fuerza-mi niña… ¿Por qué tú y no yo? No te merecías esto, tú no… ¡Ojalá me muera y tú vuelvas! Ojalá…-sollozó intentando recordar el olor que nunca percibió de su adorada pequeña.

-Hija…-dijo Sandra entrando por la puerta y abrazando a Mónica por la espalda.

-Mamá… ¿Por qué no tengo a mi bebé? ¿Por qué me la quitaron?-dijo Mónica mirando a su madre sin comprender.

-No lo sé princesa... pero tienes que ser fuerte, por Dan, por Bruno, ellos te necesitan-dijo Sandra suspirando tristemente, no entendía cómo le pasaban tales cosas a su hija, sobretodo algo tan irremplazable, inolvidable e imposible de remediar.

 -No lo lograré, es mi hija mamá-soltó algunas lágrimas más y se levantó del suelo de forma decidida.

-<<Sé que Naty está viva, lo siento. Además, yo la he visto viva, estoy completamente segura de que la he visto al nacer…>>pensó un tanto inquieta-Mamá, ya os podéis ir si queréis, hace una semana que Dan empezó a trabajar y sé apañármelas sola, de verdad. Me gustaría recuperar la normalidad, como si nada hubiese pasado-puso una sonrisa falsa y acompañó a su madre hasta el salón dónde Jhonn cargaba a Bruno con una enorme sonrisa.

-¡Holaa! ¿Cómo está mi pequeñín? ¿A que está bien? ¿A que sí? ¡Claro que sí!-dijo Acunándolo y haciéndole gracias en el pecho. Bruno lo miraba fijamente mientras balbuceaba con el puño en la boca.

-¿Cómo se porta este bichito?-preguntó Mónica acercándose a su padre y cogiendo al bebé.

-¡Perfecto, como siempre! Todo lo contrario a su madre-le guiñó un ojo-Tú eras una rebelde sin causa, siempre llorando para que te hiciesen caso, sobretodo cuándo tenías hambre, da igual quién te cargase, si tu madre no lo hacía no te callabas jamás-Mónica miró a su madre y esta asintió sonriendo.

Bruno comenzó a llorar en el pecho de su madre mientras movía los brazos, completamente enfadado.

-Ya, ya…-lo paseó un poco por el salón y fue a por él babero y se sentó en el sofá a darle el pecho al pequeño.

-Jhonn, creo que deberíamos irnos ya, la niña ya está más tranquila. Además ella y Dan necesitan volver a la normalidad…-dijo Sandra mirando a Jhonn con media sonrisa, él asintió.

-Claro, esta tarde, cuando vuelva Dan nos vamos, ya es hora de regresar. Pero estad seguros que volveremos muy seguido.

La pelirroja cargó a Nathalie que no dejaba de llorar en sus brazos. ¡Estaba de los nervios! ¿Qué debía hacer cuándo lloraba de esa manera? ¡Ah, sí! Darle su leche pero… ¿A qué temperatura tenía que ponerla? ¡Maldición! Si hubiese contratado a la canguro de la niña a jornada completa incluida la noche… Suspiró y dejó a la niña en la cuna para ir a preparar el biberón. Metió el biberón con agua en un cazo con agua y lo dejó reposar unos minutos, mientras la niña seguía llorando, la pelirroja miraba el agua sin cesar buscando la temperatura adecuada. Tras unos minutos que le parecieron eternos sacó el biberón del agua y cogió del estante el bote con  los polvos de leche. Vertió la cantidad marcada por el cacito que contenía el bote y batió bien todo hasta que quedó líquido y sin grumos.

¿Dónde Está Mi Hija? (Subida de capítulos irregular)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora