Capitulo 13

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—No, no entiendo —Mateo negó varias veces con la cabeza.

—Mateo y  es fácil —tomé el lápiz y escribí en la hoja— Todo número multiplicado por cero, es cero.

—¿Pero por qué? —dijo nervioso.

—Mateo, no te importa el porqué sólo tienes que saber que un maldito número multiplicado por cero es igual a cero.

—¿Y si en el examen lo preguntan?

—Mateo, sólo haz lo que mamá dice —gruñó Gaston, igual de aburrido que yo.

—Pero si no se cómo es, ¿Cómo haré el examen? —tiro el lápiz lejos y se paró molesto.

—Entonces si te preguntan eso podrías poner que es imposible multiplicar un número con otro que no tiene valor —dije orgullosa de mi repuestas.

—¿Cómo? ¿Qué dijiste? —rompió una hoja de su libro y tomó el lápiz. Gaston arrebató las dos cosas y comenzó a escribir.

El timbre sonó y corrí feliz hasta la puerta. Agustin estaba detrás de esta, con su típico traje de oficina y unas bolsas.

—¡Hey, traje hamburguesas! ¿Alguien quiere? —entró a la casa sin sí quiera saludarme. Caminé al sofá, tomé el bolso y lo colgué en mi hombro— ¿Por qué vistes así? —me preguntó.

—Iré a una cena de trabajo. Agustin te quedarás a cargo, recuerda la leche en un vaso y Mateo tiene que estudiar matemáticas —dije con una sonrisa en mi rostro, estaba esperando esto hace bastante tiempo.

—¿Qué? ¿Una cena? —la expresión en su rostro cambió.

—Sí, de trabajo —me acerque a él para besar su mejilla en forma de adiós pero me detuvo.

—No irás a una cenas con ese vestido —me miró con furia. ¿Él estaba hablando conmigo sobre moda?

—No comiences —recordé automáticamente el cumpleaños de Isabella y el cambio de vestuario a último momento ya que Agustin no quería que fuera con un vestido tan corto. ¡Era tan idiota!

—Iré contigo...

—Ni lo sueñes Agustin. No Bernasconi, no te atreverías —caminé hasta la puerta con rapidez.

—¡Chicos, sus cosas y cuadernos, iremos donde Claudia! —gritó tomándome del brazo e impidiendo que camine.

—¡Agustin, no!

(...)

Bufé enojada y salí de la Range Rover seguida por los tres hombres que arruinaban mi vida.

—Mamá te ves bien —dijo Mateo a mi oído.

—Me alegro —respondí cortante.

—¿Qué hice yo? —preguntó sorprendido ante mi respuesta.

—Nada Mateo, sólo no me hables, estoy un poco moleta —tomé su mano y caminamos hacia la puerta. Entonces, cuando la puerta se abrió, recordé que Claudia no sabía lo de los gemelos y todo en mi cabeza dio vueltas.

—Ya sabe —dijo Agustin en mi oído como sí supiera lo que estaba pensando. Asentí y me aseguré que los niños tuvieran sus mochilas, tenían que estudiar.

—¡Hola Gaston! —dijo Claudia en cuanto abrió la puerta, miró ambos niños confundida y luego a Agustin.

—¡Claudia! —Agustin extendió sus brazos para abrazar a su mamá.

—Soy Mateo —dijo confundido Mateo al ser llamado Gaston.

—¿Carolina? —llevó ambas manos a su cabeza como si tuviera que procesar demasiada información. Al parecer a Agustin omitió la parte de gemelos.

9 Años después - (Aguslina).Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα