Capitulo 1. Odio los escalones

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¿Quién dijo que usar tacones es fácil? Mis piernas estaban exhaustas, eso de bailar por más de una hora no era tan divertido como antes. Solo quería regresar a mi casa y dormir algo. Lo peor es que es domingo y mañana trabajo. Lo que tiene que hacer una, por apoyar a su hermana menor. Hermana que estaba a punto de casarse con un hombre rico, pero sobre todo guapo.

Mi familia me miraba, de seguro se preguntaban, ¿Por qué ella no esta casada? Es lo mismo que yo quisiera saber. ¿Por qué no me he casado? si, ya recordé, porque me va pésimo en el amor. Los hombres que he tenido son arrogantes, impacientes y mantenidos.

Ahora tenía que estar en una fiesta, que yo había planeado, claro, porque aparte de ser soltera, aburrida, también era la dama de honor. Esta boda, ya me estaba causando problemas en el trabajo, estrés de mas, y por si fuera poco, el novio es mi jefe.

Soy la secretaria general del señor Angus Montenegro, no es fácil. Mi hermana solo podía darle validez a mi opinión sobre los hombres, el señor, es un bueno para nada. No sabe hacer nada por sí solo. He trabajado con él, por siete años y siempre he hecho todo por él. Sin olvidar la vez que tuve que correr a su loca ex novia de la oficina.

Nunca debí de permitir que Yamileth se apareciera en la oficina, pero claro, ese día había olvidado mi maletín, por la culpa "del señor soy autosuficiente". Y ahí, sin pasar una hora, los dos se conocieron, enamoraron y decidieron ser el uno para el otro. ¡Qué gran estupidez!

¡Cómo si eso fuera posible! Amor a primera vista, cursilería barata. Pero así le llama mi hermana, según ella Angus es el hombre ideal. Yo sabía que eso no era cierto, el trabajar siete años con él, me hacía conocerlo mejor que su madre. Conocía sobre todos su amoríos, sabia de sus escapadas a las cantinas que frecuentaba. Pero nada de eso podría decírselo a mi hermana, ella es mi hermana, y él es mi jefe.

Sé que no es justo, pero cuando él se case con mi hermana, se mudaran a España, y él se encargara de la empresa Española. En cambio yo me quedaré en México, con algún anticuado y viejo jefe, del cual solo espero, que pueda valerse por sí mismo.

No sacrifico nada, mi hermana es lo contrario a mí, no piensa nada dos veces y su dicho es "pase lo que pase, siempre hay una solución". Aunque se escucha bien, no siempre debes fiarte de eso.

Por fin, llevaba los malditos zapatos que Yamileth me había pedido. Ya que a la muy ingenua se le habían olvidado en el carro. Yo siempre solía sacar a mi hermana de apuros, pero esto ya era demasiado. Solo tenía que aguantar un poco más, solo faltaba una semana para la boda, después de eso, mi vida sería tranquila. Después de todo, me deshacía de dos, del idiota de mi jefe y de la ingenua de mi hermana. 

Solo cinco pisos, para llevarle los zapatos, después de eso; le diría que tengo que trabajar y que llego la hora de irme.  

-El elevador no sirve.- me anunció un señor que estaba esperando a que el elevador bajara.

Vaya señor, alto, moreno, ojos grises, musculoso, y al sonreír se le hacía unos escondidos hoyuelos. Por un momento olvide en donde estaba. Me miraba con una media sonrisa.

-Siempre me pasa.- dije para mí misma. Pero sin dejar de mirar al señor que tenía cercas. No era más grande que yo. Traía un Rolex, era obviamente rico o al menos bien acomodado. El traje que llevaba, negro con una camisa blanca y una linda corbata gris, quedaba con sus ojos.

Me dejo un momento atontada, ya que este también me miraba de pies a cabeza. De seguro miraba mi vestido, era rojo. Yamileth tenía que salirse con la suya. Odiaba llamar tanto la atención, con algo que no me gusta, por el escote que tenía el vestido, lo había arreglado un poco para que no enseñara tanto, ya era suficiente con el color. Sobre todo porque, yo soy morena, mi cabello castaño, rizado, y mis ojos cafés. El rojo no me gusta por ciertas razones, pero no se le puede decir que no, a Yamileth.

Quédate Conmigo. No huyas de mi #TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora